Paracetamol, metamizol, omeprazol y otros fármacos del montón (II)

Segunda parte del «afamado» post sobre las reacciones adversas de estos medicamentos. Esta vez hablaremos sobre el metamizol (nolotil) y omeprazol.

El metamizol (sobradamente conocido en España como nolotil) es un fármaco del tipo antiinflamatorio no esteroideo (AINE) usado con mucha frecuencia en nuestro entorno como analgesico, antipirético y espasmolítico.

El principal efecto adverso es la agranulocitosis, no por su frecuencia que es extremadamente baja, sino por su potencial gravedad. La agranulocitosis consiste en una disminución de los neutrófilos, eósinofilos y basófilos en sangre. Estas células forman parte del sistema inmune. Una disminución en su número puede acarrear graves infecciones potencialmente mortales ya que no tenemos posibilidad de defendernos de ellas.

El metamizol es un caso curioso dentro del panorama internacional farmacéutico. En España está entre los 10 fármacos más vendidos y está bastante aceptado por la población en general, siendo frecuente la automedicación. Sin embargo lo que muchos desconocen es que está prohibido en la mayoría de países de nuestro entorno, además desde hace bastantes años (sobre la década de los 70)

Esta prohibición se inició por diversos casos de agranulocitosis que llamaron la atención de la comunidad científica internacional. Está prohibido en países como Suecia, Estados Unidos, Japón, Australia, Alemania y así hasta 21 países.

En España está condicionado a receta médica aunque todos sabemos que es uno de los principales fármacos con los que nos automedicamos.

El otro protagonista del post es el omeprazol. Un inhibidor de la bomba de protones usado en el tratamiento de la dispepsia, ulcera péptica, enfermedades de reflujo gastroesofágico y el síndrome de Zollinger-Ellison.

Realmente sus indicaciones a la hora de prescripción son muy concretas como ya hemos comentado, aunque donde más se prescribe es en la profilaxis de patología digestiva a la hora de tomar ciertos fármacos como los antiinflamatorios. Es lo que todos conocemos como el protector de estómago.

Este uso sólo está indicado en (y cito textualmente) «el tratamiento profiláctico de la úlcera duodenal, úlcera gástrica benigna y/o erosiones gastroduodenales inducidas por fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) en pacientes de riesgo (ancianos y/o en antecedentes de erosiones gastroduodenales) que requieran un tratamiento continuado con AINEs»

Si bien todos sabemos que muchos lo recetamos a cualquier edad, sin patología previa digestiva, y en tratamientos cortos de AINES. Medicina defensiva, es cierto.

A parte de los efectos adversos típicos relacionados con las reacciones de hipersensibilidad (alergia al compuesto), cefaleas, nauseas, y muchos otros que se pueden leer en el prospecto, tenemos los derivados de su uso crónico e indiscriminado.

El estómago se encuentra en un estado permanente de hiperacidez, y esto no es un capricho de la fisiología humana, es un mecanismo de defensa contra muchos patógenos. Entre ellos e lClostridium difficile, causante de cuadros diarreicos muy severos y graves. La supresión de esta hiperacidez provoca el aumento de posibilidades de que uno de estos patógenos desarrollen la infección.

A parte sabemos que interacciona con medicamentos tales como el sintrom, llegando a alterar el parámetro por el que nos guiamos para su dosificación, el INR. También puede provocar un aumento de las transaminasas cosas a tener en cuenta en enfermos hepáticos y pacientes polimedicados.

Por último se está investigando su relación con el aumento de fracturas de cadera en personas con osteoporosis. Es sabido que un uso prolongado disminuye la absorción de calcio, algo fundamental para pacientes con osteoporosis, esto puede traducirse en una disminución de la densidad mineral del hueso, con el correspondiente aumento de fracturas patológicas relacionadas a estados osteoporóticos.

Se podría resumir que ambos son medicamentos muy útiles en sus respectivos ámbitos, y la mayoría de veces seguros. Pero como todo en esta vida, no se debe abusar…

Por cierto aquí está el enlace que muchos me habéis pedido a la primera parte de este post donde se habla del paracetamol. Paracetamol, metamizol, omeprazol y otros fármacos del montón (I)

12 comentarios el “Paracetamol, metamizol, omeprazol y otros fármacos del montón (II)

  1. Pingback: I Aniversario del blog | milesdemillones

  2. Llego bastante tarde sobre la publicación del post pero me gustaría añadir una cuestión más sobre el Nolotil, la progresiva sensibilización que genera, pudiendo llegar en casos graves a provocar un shock anafiláctico… con lo que eso conlleva…

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  3. si sabe q eso medicamento son malo para las salud porq se los receta q esta asiendo con nostro somo conejia de indio q esta de acuerdo. con todo esto los politico y los farmaceuto

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  4. Pregunto: Para qué existe en los diferentes países el Ministerio de Salud¨?. Pienso que son los encargados de verificar y dar el Visto Bueno de que el producto sea de alta calidad. Sino no harán su trabajo que no exista entonces ese Ministerio así como otros, o retiren la persona de la empresa y busquen a una que aplique sus conocimientos, habilidades y destrezas. No es cualquier cosa es un SER HUMANO. Hasta para ellos mismos o familiares es peligroso. Siento pena ajena

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  5. Hola no me gusta estar tomando medicamentos., tomo natural.pero cuando tengo la zona lumbar muy dolorida voy al nolotil inyectable y me tomo 2 cada 8 horas.
    Me pongo mi manta eléctrica y estoy como nueva. Lo natura que tomo harpagofito antiinflamatorios saludos

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  6. Veo que hay gente que lee y no entiende…y luego opina hablando tonterías. No existe medicamento inocuo, y por esa razón es que hay que sopesar los riesgos y beneficios. No a la automedicación, máximo si no se saben las interacciones con otros medicamentos…y además, la edad del paciente es importante…

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