Hace unas cuantas guardias nos llegó al servicio de urgencias una niña de 2 años inconsciente tras una convulsión febril. Llegó desaturada (niveles de oxígeno en sangre bajos) y apenas se le observaban movimientos respiratorios. A los pocos minutos hizo una parada respiratoria (que no cardiaca), a parte de la medicación suministrada y ciertas medidas que pertenecen al ámbito de la RCP avanzada, lo más importante que teníamos que hacer en ese momento entraba en el campo de la RCP básica, y con eso la niña salió de la situación aguda en la que estaba y a la media hora la teníamos llorando como una descosida.
La reanimación cardiopulmonar (RCP) pediátrica básica son el conjunto de maniobras que permiten identificar si un niño está en situación de parada cardiorrespiratoria (PCR) y realizar una sustitución de las funciones respiratoria y circulatoria, sin ningún equipamiento específico, hasta que pueda recibir un tratamiento más cualificado.
La RCP básica hay que iniciarla lo antes posible, y para ello, todos, repito, TODOS, debemos estar preparados. Son maniobras fáciles de aprender y cualquier persona puede realizarlas con un entrenamiento adecuado.
Los pasos de una RCP básica(muy simplificados) se pueden resumir en el siguiente algoritmo ¡a memorizarlo todo el que pase por aquí!
El primer paso de estimular nos sirve para comprobar que el niño está realmente inconsciente, suele bastar con hablarle en voz alta o gritarle, llamarlo por su nombre o con pequeñas sacudidas (cuidado con el trauma cervical)
Tras comprobar que está realmente en una situación de inconsciencia, lo primero que debemos hacer es pedir ayuda, activar al 112 lo antes posible. Podemos realizar a la perfección toda la secuencia de la RCP básica, si no viene nadie a continuar el trabajo que hemos empezado puede que no sirva de nada.
Lo siguiente será abrir la vía aérea mediante la maniobra frente-mentón o la elevación de la mandíbula si existe trauma cervical.
Se colocará una mano abierta sobre la frente y manteniendo el cuello en posición neutra en lactantes y en extensión ligera-moderada en niños. Se levantará el mentón, colocando la punta de los dedos de la otra mano debajo del mismo.
En las situaciones de riesgo de lesión cervical se deberán evitar los movimientos de la columna cervical. En este caso la maniobra de elección sería la de tracción mandibular
Una vez abierta la vía aérea, comprobando que no hay ningún cuerpo extraño en su interior, deberemos aproximar el oído y la mejilla a la boca del niño para ver si hay movimientos torácicos y/o abdominales, oír si hay ruidos respiratorios y sentir el aire exhalado en la mejilla (todo esto se debe valorar en un máximo de 10 segundos)
Si el niño no respira se pasaría al siguiente paso del algoritmo (que ya nos sabemos de memoria): la ventilación, siendo boca del reanimador a boca y nariz del lactante (menor de 1 año) o ventilación boca del reanimador a boca del niño.
Se deben efectuar 5 insuflaciones de rescate (lentas, de 1 segundo de duración aprox. y cogiendo aire antes de cada una).
Siguiendo el algoritmo, después de las 5 ventilaciones debemos comprobar si existe pulso o movimientos respiratorios. Si no hay signos de circulación, no hay pulso arterial central o la frecuencia del pulso es inferior a 60 latidos por minuto acompañada de pérdida de conciencia o ausencia de respiración, se debe efectuar masaje cardiaco.
El punto del masaje cardiaco será el tercio inferior del esternón por encima del apendice xifoides tanto en el lactante como en el niño.
En el recién nacido y lactante la compresión torácica se puede realizar:
1) Abarcando el torax con las dos manos: se colocarán los pulgares sobre el tercio inferior del esternón mientras se abarca el tórax con el resto de los dedos y se comprimirá el esternón con los dos pulgares comprimiendo aproximadamente 1/3 de la profundidad del tórax.
2)Con dos dedos: se colocarán los dedos medio y anular en el 1/3 inferior del esternón. Con la punta de los dedos se deprimirá el esternón 1/3 de la profundidad del tórax (tecnica preferible cuando hay un solo reanimador)
En niños (desde el año hasta la pubertad): el masaje cardiaco se puede realizar con el talón de una mano o , si el niño es muy grande ó el reanimador no tiene suficiente fuerza, con las dos manos entrelazadas.