Probable slope (agua en superficie) captado por el rover Curiosity.

Créditos: NASA/JPL-Caltech/MSSS/j. Roger

Créditos: NASA/JPL-Caltech/MSSS/j. Roger

Ya lo avisaba Jacint Roger en su cuenta de twitter hace 2 días. Escondido dentro de un enorme panorama tomado por la Mast Camera en Sol 2617 surgía la sorpresa.

Lo que la sonda Mars Orbiter ha fotografiado en diversas localizaciones del planeta rojo con anterioridad podía estar delante del rover Curiosity en estos mismos momentos. Un RSL (Recurring Slope Linae), probable agua líquida mezclada con sales que disminuiría el punto de congelación del agua pura y que permitiría su aparición en la superficie marciana.

De ser un verdadero slope (y no un simple corrimiento de tierras) el rover debería alejarse lo más posible de la zona para evitar cualquier probable contaminación biológica, algo especificado en los diversos protocolos firmados por la comunidad científica.

El slope no está en la ruta del rover, en unos pocos soles desaparecerá del alcance de las cámaras… es una zona que no debemos contaminar con microorganismos terrestres que hayan podido sobrevivir al largo viaje y a la estancia del rover en la superficie marciana (ya sabemos lo que pasa cada vez que subestimamos la capacidad de supervivencia la vida),… pero quizás tardemos mucho tiempo en volver a tener uno tan cerca,… ¿tan perjudicial sería monitorizar la zona unos cuántos días? ¿unas cuántas mediciones a una distancia suficientemente segura?…

Quizás nos mueve la inquietud de ver agua fluyendo por la árida superficie marciana, lo más sensato es dejar el estudio de esos fenómenos a sondas futuras con un grado de esterilización que el Curiosity no posee. Pero no podemos evitar que un escalofrío nos recorra la piel…

Biomarcadores, indicios de habitabilidad… ¿no hay vida fuera de nuestro planeta o no sabemos buscarla?

Una bacteria oxidadora del azufre de hace 2.500 millones de años, mucho antes de que la atmósfera fuera rica en oxígeno (Andrew Czaja)

Sólo conocemos un ejemplo en el que la materia se ha convertido en lo que llamamos vida, nuestro planeta se ha convertido en un enorme laboratorio donde a lo largo de 4.600 millones de años han interaccionado sustancias orgánicas, fuentes de calor, ecosistemas favorables para permitir el inicio de ciertas reacciones químicas, temperaturas no demasiado extremas, protección contra letales radiaciones provenientes de nuestra estrella,… miles de factores que han permitido la aparición y evolución de lo que conocemos como vida, miles…

Hasta ahora la vida ha tenido un solo génesis, un solo inicio, lo que no proviene de LUCA (Last Universal Common Antecesor) nos es totalmente desconocido. Necesitamos carbono, necesitamos agua, nuestra información se transmite a lo largo de generaciones a través de nuestro ADN, mucha radiación nos mata, poca gravedad también, necesitamos oxígeno para respirar y no nos sienta nada bien que sobre nuestras cabezas no exista una atmósfera de presión… ejemplos válidos para nuestra especie, el ser humano (buscar por internet lo que pueden resistir algunos extremófilos y podéis tachar hasta un 80% de lo escrito hasta ahora)

El hecho es que el conocer una sola génesis nos está dificultando (muchísimo) la búsqueda de vida fuera de nuestra atmósfera, tanto que puede que nuestras sondas hayan pasado por encima de ella sin haberse dado ni cuenta (y lo pongo en plural porque puede que haya sucedido más de una vez).

A medida que exploramos el sistema solar vamos viendo lugares donde la vida pudo surgir en un pasado, sitios donde hace millones de años se pudieron dar las condiciones de habitabilidad que tanto buscamos para que algo parecido a un organismo vivo apareciera y tuviese la oportunidad de evolucionar. Pero, ahí no se queda la cosa, a medida que vamos mejorando nuestros instrumentos y aumentando nuestra área de exploración, nos damos cuenta que quizás, solo quizás, haya localizaciones donde la vida exista hoy en día.

Todavía existen discrepancias sobre los experimentos que las sondas Viking realizaron sobre suelo marciano en 1976. Uno de ellos, conocido como experimento LR (Labeled Release), dió positivo para la existencia de metabolismo en las muestras que recolectó. Un segundo experimento no encontró rastro de sustancias orgánicas (fundamentales para la aparición de la vida en nuestro planeta y que años después encontraría Curiosity en el cráter Gale). La NASA interpretó que las sondas no habían encontrado vida, algo que en los últimos años se está poniendo en duda por diversos estudios, quizás la forma de recoger las muestras esterilizó la tierra marciana analizada, quizás las formas de vida que provocaron la metabolización del primer experimento no se basaban en el carbono… 

A la izquierda depósitos de silicatos en el cráter Gusev (Marte), a la derecha depósitos de silicatos en la región chilena de «EL TATIO» (NASA/Spirit/JPL)


 

Hace unos días apareció un estudio de dos geólogos de la Universidad de Arizona. La imagen de la izquierda fue tomada por el rover Spirit en abril de 2007, cerca de un área conocida como «Home Plate» en el cráter Gusev. Spirit encontró multitud de nódulos ricos en silicatos dispersos por toda la zona, algo que indicaba la probable existencia de respiradores hidrotermales en el contexto de un antiguo Marte mucho más húmedo. 

La parte derecha de la foto corresponde con la región conocida como «El Tatio», una región de Chile situada a 4.200 metros de altitud, uno de los lugares en nuestro planeta donde existen fuentes hidrotermales a mayor altura. Aquí la atmósfera es más fina, la cantidad de radiación ultravioleta mayor, las temperaturas más frías, un lugar muy parecido al inhóspito Marte, un lugar donde aparecen nódulos de silicatos parecidos a los del cráter Gusev, depósitos de silicatos producidos por la acción de microbios en el caso terrestre, de origen aún por filiar en el caso marciano. 

Estructura del interior de Europa (NASA/JPL)


Quizás no deberíamos mencionar las enormes masa de agua subterránea repletas de sustancias orgánicas que esperan ser exploradas en las lunas de Europa y Encelado. Nadie sabe en qué se pueden haber transformado las enormes fuerzas de marea provenientes de Júpiter. 

Tampoco sabemos si algún tipo de microorganismo puede haber aprovechado la conjunción de una densa atmósfera rebosando de tolines con enormes mares y ríos de etano y metano que discurren por la superficie de Titán

No tenemos ni idea de lo que puede haber aparecido debajo de la Planicie del Sputnik (el gran corazón de Plutón), donde un enorme océano subterráneo persiste en estado líquido durante miles de millones de años a miles de millones de kilómetros del Sol. 

A la hora de buscar vida no sabemos ni lo que estamos buscando, no lo hacemos con los instrumentos adecuados y ni siquiera lo hacemos en los sitios más adecuados. Además es posible que hayamos pasado por al lado de ella y no nos hayamos dado ni cuenta. 

Así es muy difícil… y luego está el estúpido antropocentrismo, y luego…

Fuente: Seeker Web

En unas horas Cassini pasará a través de géiseres provenientes del océano interior de Encelado

la sonda Cassini con los jets de Encelado al fondo

Hoy día 28 de Octubre, a las 17 horas GMT, la sonda Cassini tiene una cita con la historia. 

Va a pasar a solo 49 kilómetros del polo sur de Encelado, una de las lunas heladas de Saturno, y lo que es más importante… se va a zambullir de lleno en los géiseres de vapor de agua y materia orgánica que allí existen. 

Se cree que estos géiseres provienen del recién descubierto océano interior de Encelado. Los chorros de agua y partículas orgánicas se escapan al espacio exterior a través de fracturas en la superficie helada de Encelado y Cassini va a aprovechar esta circunstancia para estudiar, de manera indirecta, la composición de un océano fuera de nuestro planeta. 

 

Estructura interna de Encelado

 

Encelado
se ha convertido, por derecho propio, en un objetivo astrobiológico de primer orden. La sonda Cassini nos ha enseñado, a lo largo de más de una década de sobrevuelos, que Encelado es un mundo geológicamente activo, con un enorme océano global subterráneo de agua líquida que además posee actividad hidrotermal. 

Si a esto le sumamos la presencia de sustancias orgánicas, no hace falta explicar porque es tan importante para la astrobiología este pequeño mundo. 

Cassini no está diseñada para detectar si existe vida o no, pero sí podrá darnos una idea sobre la posible habitabilidad del océano que engloba a la luna. La sonda, entre otras muchas mediciones, intentará cuantificar el hidrógeno molecular existente en los jets que escapan de la superficie de Encelado, lo que dará una pista sobre la actividad hidrotermal que existe en el satélite. 

Los escasos 50 kilómetros que separarán la superficie de la sonda permitirán estudiar en profundidad la composición química de los jets. La poca altura del sobrevuelo permitirá detectar moléculas más complejas y pesadas, entre ellas las orgánicas. También se espera estudiar si son realmente jets individuales (columnas de agua) o erupciones en forma de cortina. 

Todo esto lo sabremos en los próximos días porque las imágenes también prometen ser espectaculares. 

A pocos meses de su destrucción en las capas altas de la atmósfera de Saturno, la sonda Cassini acrecienta su leyenda, una de las sondas más productivas en la historia de la NASA va a hacer esto en una horas…. 

Increíble….

Fuente: Nasa Cassini news

Actualización: el sobrevuelo se ha realizado con éxito a las 11:22 horas EDT. El control de la misión ha tenido contacto con la sonda después de la maniobra, verificando que se encuentra en buen estado de salud. Los datos irán llegando en las próximas horas. 

Encuentran indicios de vida en la Tierra de hace 4.100 millones de años

 

Material atrapado en cristales de zirconio al microscopio electrónico

 
A la Tierra le costó muy poco tiempo el formar vida. Hasta ahora se pensaba que los primeros seres vivos podían haber surgido hace 3.700-3.800 millones de años, pero un nuevo estudio ha retrasado unos 300 millones de años esa fecha. 

Un equipo de geoquímicos ha descubierto un material que parece ser grafeno biogénico, un tipo de carbono formado por microorganismos. Su fecha de datación se remonta a 4.100 millones de años, algo realmente increíble debido a las condiciones reinantes por esas fechas en una tierra primigenia, azotada por intensas radiaciones, bombardeos masivos de asteroides o continúas erupciones de volcanes. 

Hay que recordar que nuestro planeta se formó hace 4.600 millones de años, que en solo 500 millones de años ya hubiera vida es un hecho que puede tener profundas implicaciones a la hora de buscar vida en otros planetas. Podría significar que a los seres vivos le cuesta muy poco aparecer en la terrenos que cumplan unos mínimos requisitos, y esta es una noticia muy buena…

El paso más dificil para la vida quizás sea el paso de procariotas a eucariotas, o el de la evolución a organismos capaces de formar civilizaciones. No lo sabemos, pero, geológicamente hablando, 500 millones de años en un mundo que aun se está enfriando y todavía está siendo bombardeado por multiples cuerpos, es un tiempo muy reducido para que ya existan organismos. 

 

Cristal de zirconio al microscopio óptico

 
Los registros geológicos empiezan hace 3.800 millones de años, es por eso que hasta ahora los organismos más antiguos se remontaban a esa datación. Pero una nueva técnica nos permite mirar más atrás en el tiempo. 

Hay numerosas muestras de granos de zirconio, en numerosas localizaciones de nuestro planeta, formadas en un período hace 4.000-4.600 millones de años. Al enfriarse encerró y preservó en su interior material de sus proximidades. En uno de estos granos se ha descubierto un alto ratio de un isotopo del carbono, algo que puede ser producido por un proceso biológico. 

Se cumplen 20 años del descubrimiento del primer exoplaneta orbitando alrededor de una estrella, ahora tenemos miles de ellos salpicando los mapas estelares de nuestros observatorios… El cosmos nos ha demostrado que le gusta formar planetas, y que lo hace a la mínima oportunidad que tiene… Ahora nuestro planeta nos muestra que en la primera ocasión que tuvo formó vida… Podemos extrapolar en un ejercicio de extrema imaginación, o solo sospechar que nuestro universo rebosa de vida… aunque sea en sus formas más simples…

La astrobiología va a dar mucho de que hablar en los próximos años. Y para ello debemos comprender aún muchos detalles de cómo se formó la vida en nuestro planeta. No todo va a ser exploración espacial…

Comienza el diseño de la misión a Europa. Por fin navegamos hacia un nuevo océano

 

recreación de la misión a Europa


La NASA acaba de seleccionar los nueve instrumentos que formarán parte de la misión a la luna de Júpiter, Europa

La sonda intentará descubrir si la helada luna tiene las condiciones suficientes para poder albergar vida. El inmenso océano de agua líquida existente debajo de una gruesa capa de hielo, la presencia de sustancias orgánicas y la existencia de fuentes de energía provocadas por las intensas mareas gravitatorias de Júpiter convierten a Europa en el santo grial de la búsqueda de vida fuera de nuestro planeta. 

La misión consistirá en una sonda dotada de paneles solares que orbitará Júpiter realizando numerosos sobrevuelos al satélite. Estos acercamientos durarán unos tres años, en los cuales la sonda pasará unas 45 veces a una distancia que variará de los 25 a los 2.700 kilómetros. 

La selección de instrumentos científicos engloba espectrómetros que nos hablarán de la composición de Europa y cámaras de alta resolución que mapearan hasta el 90% de la superficie. 

 

superficie de Europa.Sonda Galileo

 
Un radar se encargará de penetrar la gruesa capa de hielo y estimar su espesor. Un magnetómetro medirá la fuerza y dirección del campo magnético que permitirá conocer la profundidad y la salinidad de su océano. 

Un instrumento capaz de determinar la temperatura en superficie buscará recientes erupciones de agua más caliente que la helada corteza del satélite. 

Otra prioridad de la misión será confirmar las observaciones del Hubble donde aparecía vapor de agua sobre el polo sur, una fuerte evidencia de material eyectado desde el océano interior al exterior. De confirmarse la existencia de estos «jets» se intentaría sobrevolar alguno de ellos y estudiar su composición. Una manera de estudiar el interior de Europa sin tener que atravesar 20 kilómetros de duro hielo. 

Por fin parece que nos vamos a Europa, por fin empezamos a explorar uno de los lugares más apasionantes del sistema solar, buscamos vida…

Fuente: Nasa news

 

Buscando el planeta perfecto para albergar vida

original

Un nuevo estudio liderado por astrobiólogos empieza a marcar los parámetros que debemos buscar en otros planetas a la hora de decidir si son potencialmente habitables o no.

La primera premisa que se ha dispuesto es que nuestro hogar, la Tierra, no es el mejor ejemplo de habitabilidad a seguir, se introduce el concepto de mundos superhabitables, planetas mucho más preparados para albergar vida que el nuestro. Quizás por ahí es por donde debemos empezar a buscar.

El concepto de zona de habitabilidad estelar, del que ya tanto hemos hablado por estos lares, se está viendo atacado por varios flancos dentro del ámbito de la astrobiología. Hace tiempo hablábamos en el blog que la definición clásica que hemos usado durante mucho tiempo no era de mucha utilidad.

Habitable_Zone

Literalmente la wikipedia habla de que «se denomina zona de habitabilidad estelar a la región alrededor de una estrella en la que, de encontrarse ubicado un planeta(o satélite) rocoso con una masa comprendida entre 0,6 y 10 masas terrestres y una presión atmosférica superior a los 6,1 mb correspondiente al punto triple del agua, la luminosidad y el flujo de radiación incidente permitirían la presencia de agua en estado líquido sobre su superficie» , todo esto era útil cuando teníamos apenas unos pocos exoplanetas descubiertos y ninguna opción de hallar exolunas con nuestra tecnología. Ahora tenemos mas de mil planetas catalogados y otros tantos pendientes de confirmar, y entre ellos algunos candidatos a exolunas (el telescopio espacial Kepler lo cambió todo).

Ahora hablamos de estudios donde la vida puede emerger fuera de esta zona de habitabilidad, empezamos a definir zonas donde la vida es capaz de surgir y desarrollarse, y no tiene porque parecerse en nada al único ejemplo que conocemos. Hablamos de zonas habitables en el subsuelo de planetas donde la superficie no sea apta para soportar vida, un subsuelo protegido de las inclemencias de temperaturas y radiación extremas. Hablamos de lunas orbitando gigantes gaseosos u otros mundos inhabilitados para la vida, hablamos incluso de mundos orbitando estrellas dentro de gigantes cúmulos estelares,… como veis la cosa se va complicando.

Y ahora tenemos una nueva definición para añadir a las anteriores, el concepto de superhabitabilidad.

En el último artículo los astrobiólogos Rene Heller y John Armstrong describen al menos 18 características que deben tener estos mundos diseñados a la perfección para la vida ( y no todas coinciden con las de nuestro planeta).

Hablan de planetas rocosos con masas de 2 a 3 veces superior a la del planeta Tierra, con largos periodos de actividad tectónica que permitan que los ciclos que dependen de sustancias como el carbono y el silicio estén activos durante largos periodos de tiempo.

Dentro de esta fórmula magistral para crear un mundo perfecto para la vida también se incluyen campos magnéticos que actúen a modo de escudo contra las radiaciones externas al planeta. Grandes áreas de superficie que permitan el desarrollo de la biodiversidad, combinadas con humedales o mares poco profundos en sus proximidades (recordemos que en la Tierra la vida pudo originarse en este tipo de zonas).

Una distribución óptima entre las superficies terrestres y los vastos océanos también favorecería este concepto de superhabitabilidad, los supercontinentes no son propicios para la vida ya que pueden formarse grandes áreas desérticas en su interior y también pueden influir en el clima global del planeta.

Y todo rodeado de una atmósfera más gruesa que la de nuestro planeta, que permita unas temperaturas un poco más cálidas.

Todas estas características darían como resultado mundos o lunas con una biodiversidad mucho mayor de la que conocemos en nuestro planeta.

Los mundos superhabitables deberían orbitar estrellas ligeramente más pequeñas que nuestro Sol, las llamadas enanas de tipo espectral K, con una expectativa de vida mucho más larga que la de nuestro astro, y además se verían favorecidos si en su sistema solar existen otros mundos habitados, lo que favorecería la panspermia o paso de vida entre diferentes mundos.

Después de varías características más los autores concluyen que la Tierra es solo «marginalmente» habitable, cumple con algunos de los criterios de habitabilidad pero no con todos.

Creo que todo esto solo es el principio, definir donde puede surgir la vida o donde no puede ser tan difícil como definir lo que la propia vida es. Solo tenemos un ejemplo y solo un planeta donde se ha producido esa maravillosa singularidad. A medida que encontremos distintas formas de vida todos estos conceptos irán a la basura para ser reemplazados por otros, o quizás no. Solo lo vamos a saber de una manera, explorando…

-Fuente: Superhabitable worlds, Astrobiology, Jannuary 2014

Lo que nos cuenta nuestro planeta acerca de la vida en el Universo

DNA

La astrobiología es la ciencia que estudia la vida en otros mundos, su rango de estudio es amplio y fascinante. Organismos capaces de sobrevivir a altísimas dosis de radiación, formas de vida que no utilicen el carbono como base estructural, seres vivos utilizando longitudes de onda cercanas al infrarrojo para fabricar sus propios nutrientes… Todo un amplio abanico de posibilidades que podamos imaginar y un más amplio cajón con miles de esos abanicos de posibilidades que ni siquiera podemos llegar a sospechar.

Todo esto solo tiene un pequeño problema, aún no hay nada que estudiar. El único ejemplo que tenemos de vida reside en nuestro planeta de origen, cualquier intento de ir un poco más allá son proyecciones de lo que ya conocemos. Intentamos construir modelos de seres vivos adaptando los ejemplos ya existentes a nuevas condiciones medio ambientales con mayor o menor presión atmosférica, diferentes componentes químicos usados tanto para la estructura de esos seres vivos como para la obtención de nutrientes, diferentes fuentes de energía como las que pueden proveer, por ejemplo, una cercana enana roja con una luminosidad hasta el 60% menor que nuestro sol (el tipo estelar con exoplanetas más frecuente de nuestra galaxia) y miles de variables más.

Mientras se acerca el esperado momento de tener una segunda opinión sobre la forma en que el cosmos interpreta la vida, hay muchas conclusiones que pueden sacarse de la que ya conocemos. Esas conclusiones puede que sean extensibles a otras localizaciones o puede que no.

En concreto Adam Frank, profesor de física y astronomía en la Universidad de Rochester, reflexiona acerca de un aspecto que si que puede ser extendible a otros planetas. Habla sobre la posibilidad de cuantificar las probabilidades de que un organismo desarrolle algún tipo de inteligencia.

Dejando a un lado si otras formas de vida están basadas en el carbono, si tienen una secuencia de nucleótidos como nuestro ADN o si respiran oxígeno, lo cierto es que cada planeta solo tiene una estrecha franja en el tiempo cosmológico en el que es habitable, sus soles incrementan su temperatura de una manera más rápida o más lenta, ninguna estrella mantiene su zona de habitabilidad por siempre, las estrellas nacen y mueren.

La tierra no escapa a este axioma, las estimaciones actuales nos hablan de unos 1000 millones de años antes de que el planeta se vuelva demasiado caliente como para soportar vida, la vida empezó hace unos 4000 millones de años, la conclusión es clara, estamos «al final» de nuestro periodo habitable (que no cunda el pánico que en 1000 millones da tiempo a hacer muchas cosas).

«Estos datos sirven para hacer ciertos cálculos acerca de que la vida adquiera inteligencia. La Tierra tiene unos 4500 millones de años, las formas más primitivas de vida no surgieron hasta hace unos 3700 millones de años, estos números nos indican que, al menos en el caso de la Tierra, no fue muy complicado el hecho de que apareciera la vida, lo que realmente costó fue la aparición de la inteligencia humana» cita el blog de Adam Frank.

20130827-113945.jpg

Y hasta aquí cito. Estoy de acuerdo con que cada mundo puede tener su ventana de tiempo para «intentar» formar vida, es lógico pensar que cada planeta depende totalmente de su estrella para poder reunir las condiciones necesarias para la habitabilidad. Pero creo que es un error extrapolar las fechas en las que surgió la vida en la Tierra y en las que empezó a atisbarse cierta inteligencia (yo aún no veo mucha) a otros mundos para deducir que la vida es un proceso que puede ser común en el cosmos pero no así seres vivos más complejos capaces de ser conscientes de sí mismos y de desarrollar ciertas habilidades cognitivas.

Volvemos a un error de tipo antropocéntrico, solo que un poco más evolucionado del que cometíamos en la Edad Media. Ya no podemos pensar que la Tierra es el centro del universo (hay millones de mediciones, imágenes y datos que no permiten ni empezar a discutirlo), pero si podemos aplicar ese «egoísmo antropocéntrico» que tanto nos gusta a otras conclusiones. La diferencia de tiempo entre la formación del planeta Tierra y la aparición de la vida en el planeta Tierra es un hecho que concierne solo y exclusivamente a las condiciones que se dieron en el planeta Tierra, son millones los factores que se vieron implicados y no creo que puedan generalizarse para otros sistemas.

Lo que aquí costó 800 millones de años en otro planeta pudo solo generarse en 400, o quizás 2000 millones de años, o quizás nunca. Los pasos necesarios para que yo esté escribiendo este post quizás en otro lugar costaron mucho más o quizás nunca llegaron.

La conclusión a la que llegan en el escrito es que «las formas simples de vidas son comunes; la vida inteligente es escasa», mi humilde e inexperta opinión es que acabamos de empezar con una rama de la ciencia extraordinariamente apasionante como es la astrobiología, quizás la conclusión sea cierta, sería lógico pensarlo, en nuestro sistema solar por ahora solo conocemos un tipo de vida (tampoco nos hemos molestado en buscar más de forma seria), pero si algo hemos aprendido en nuestra corta evolución como especie es que cada vez que soltamos una verdad incontestable, a los pocos siglos nos la tenemos que tragar, de ser el centro del universo a tener centenares de exoplanetas orbitando a lo largo y ancho de toda la Vía Láctea hay un largo camino de humillaciones.

No cometamos el mismo error ahora. El tiempo en encontrar vida fuera de nuestro planeta será mucho más largo si partimos con prejuicios. Veo muy difícil encontrar una colonia de E.Coli en una piedra de Titán o un hongo adherido a una placa de hielo en Europa. Si vamos con un instrumento capaz de encontrar ADN quizás lleguemos a la conclusión de que no existe vida mas que en nuestro pequeña bola azul,… o quizás no.

Nuestro planeta cuenta solo una historia dentro de la enorme enciclopedia de la vida en el universo. Habrá historias parecidas a la nuestra y otras totalmente diferentes.

Sea de una manera o de otra se avecinan tiempos muy interesantes.

De exoplanetas y otras divagaciones

20130419-041020.jpg

Justo cuando la astronomía y la exploración espacial están recibiendo menos fondos para su desarrollo, estamos viviendo los días más gloriosos en cuanto a descubrimientos se refiere.

Dos planetas dentro de un mismo exosistema solar, de tamaños un poco mayores que nuestro mundo, orbitando a la distancia justa de su sol para que la vida pueda abrirse paso… es asombroso.

Sólo podemos imaginar, por ahora, que tipo de mundos son, sabemos su diámetro y sabemos su órbita, y nada más. Si la humanidad no se gasta sus recursos en su propia destrucción, nuevas misiones están diseñadas para averiguar más, para indagar sobre la vida en el Universo.

Investigar su atmósfera, si posee materiales orgánicos, incluso si poseen lunas, dirigir nuestros radiotelescopios para intentar escuchar alguna señal relacionada con la vida… es increíble el abanico de posibilidades que se abre ante nosotros.

Imaginad esos dos mundos, tan cerca uno del otro, imaginadlos realmente habitados (que no es lo mismo que habitables). Que estímulo más poderoso para cualquier civilización para iniciar la exploración espacial, para extender sus fronteras más allá de su planeta natal.

La gente del Kepler presenta un escenario de mundos enteramente cubiertos por océanos, con grandes núcleos rocosos y una gravedad mayor que la terrestre. De surgir la vida somos incapaces de imaginar lo que la evolución habrá moldeado en ese tipo de planetas.

Para nosotros significa que el universo está repleto de pequeños mundos rocosos navegando justo por la zona habitable de sus estrellas. Pueden ser cientos de miles de millones. Pensar que en ninguno de ellos ha podido surgir un simple organismo al que podamos calificar como vivo es casi absurdo. Posible pero absurdo.

Pensemos en las millones de combinaciones que pueden darse en cada uno de esos planetas, son tantas como el equivalente a su número. Impactos de asteroides, atmósferas demasiado finas o demasiado gruesas, ausencia de química orgánica, de nutrientes, extinciones masivas… podemos imaginar miles de excusas para que la vida no surja, o no evolucione. Pero pensar que ninguna de esas combinaciones ha podido dar como resultado algo parecido a lo que pasó en la Tierra es absurdo. No tendría lógica alguna, y aún así el método científico nos obliga a tenerlo en cuenta.

La vida busca a la vida. No podemos dejar esto a medio. Está en nuestra naturaleza el explorar y el conocer. No podemos quedarnos tranquilos sabiendo que sólo en una mínima porción de nuestra galaxia un telescopio ha encontrado más de 2000 planetas.

Vivimos en una era dorada en cuanto a descubrimientos astronómicos. Dentro de nuestro propio sistema solar apenas hemos dado unos pocos pasos. Europa, Titán y Encelado nos aguardan con ansia de mostrar sus enigmas a quien esté dispuesto de explorarlos.

No dejemos que esto se pare, no ahora.

Si te ha gustado la entrada puedes ayudar a su difusión votándola en meneame

¿A cuánto estamos de descubrir vida fuera de nuestro planeta?

010775011bad88d0b22c5a558d7b1387

La exploración espacial ha entrado en una fase apasionante desde que se inició hace una pequeña fracción de tiempo dentro de la historia de la humanidad.

No existe el día, en los últimos meses, que no haya una noticia nueva o relacionada con algún hallazgo astronómico o alguno proveniente de las múltiples sondas que pueblan nuestro sistema solar. Sigue leyendo