Había vida en la Tierra hace 3.770 millones de años. Acercándonos a LUCA

Túbulos producidos por microorganismos en rocas sedimentarias de Quebec (Nature)


Acaba de salir en Nature una nueva investigación que retrasa, aún más, la edad en la que apareció la vida en nuestro planeta. 

Un equipo internacional de científicos han encontrado unos pequeños filamentos y tubos de hematita en formaciones de cuarzo creados por bacterias que vivían en el hierro. El sitio donde se han encontrado los restos más antiguos de vida de los que tenemos conocimiento es el cinturón de Nuvvuagittuq, un lugar situado en Quebec (Canadá), un emplazamiento de culto entre los geólogos ya que está formado por rocas sedimentarias datadas entre 3.770 y 4.300 millones de años, una zona que pertenecía a un sistema de fuentes hidrotermales oceánicas repleto de hierro. 

Restos de oxidación de materia orgánica hallados por los investigadores en la zona de Nuvvuagittuq (Nature)


La Tierra se formó hace 4.600 millones de años, estamos hablando de microorganismos que dejan su huella en rocas que aparecen apenas 300 millones de años después. Si tenemos en cuenta el tiempo que le costó a nuestro planeta enfriarse mínimamente, la disminución de impactos en su superficie proveniente de la época conocida como el «Gran Bombardeo», la aparición de algo parecido a una atmósfera primigenia,… estamos hablando, en tiempos geológicos, de una aparición casi instantánea de la vida en nuestro mundo, la existencia de vida en el primer momento que fisica, química y biológicamente pudo ser,… algo que da mucho que pensar. 

De ser cierto este temprano despertar de la vida sólo estamos delante de dos hipótesis, o la vida tuvo un génesis fuera de nuestro planeta y de alguna manera llegó (y arraigó) en un planeta recién formado pero con las características suficientes para permitir su continuidad, o la vida surge a la primera oportunidad que tiene…

En la primera opción hablamos de panspermia, un tránsito de vida desde un cercano mundo que ha tenido una génesis primaria o no, hablamos de hace 4.000 millones de años, con un Marte en el máximo punto de su habitabilidad, con océanos de agua líquida en superficie y temperaturas más templadas. 

En la segunda opción hablamos de química orgánica cuya evolución natural tiende a formar vida casi instantáneamente, unas temperaturas no demasiado extremas, nutrientes, una fuente de calor como pudieron ser las fuentes hidrotermales oceánicas, una mínima protección con una atmósfera y un campo magnético generado por un núcleo metálico,… 

Las consecuencias pueden ser inimaginables, vida microscópica en incontables localizaciones a lo largo de nuestro sistema solar y nuestra galaxia. Si  encontramos estos mismos fósiles en estratos marcianos de hace 4.000 millones de años tendremos una respuesta de donde venimos, al menos en un primer paso. 

La vida compleja, eucariota, organizada, diversificada,… eso es otro tema, le costó mucho aparecer, requirió demasiados factores para aparecer, quizás demasiados,.. 

Fuente: Nature

Actualización: cada vez nos vamos acercando a LUCA cada vez más, quizás cuando estemos a punto de tocarlo con los dedos nos demos cuenta que nunca estuvo aquí. 

Empieza la verdadera búsqueda de vida fuera de la Tierra

Representación del interior de Europa (NASA/JPL)


Pensamos que llevamos muchas décadas buscando algo que se parezca a lo que entendemos como vida fuera de los límites de nuestra atmósfera, creemos que acumulamos décadas de inútiles esfuerzos rastreando gran parte del universo sin obtener resultado alguno, sólo silencio…

Hemos formulado ecuaciones y hasta una paradoja (la de Fermi) en la que damos varias soluciones para explicar cómo es posible que existiendo millones de planetas en nuestro vecindario cósmico orbitando a la distancia adecuada de sus estrellas o numerosas moléculas orgánicas (base de la vida en nuestro planeta) en los lugares más inesperados donde hemos hechado un vistazo, no hayamos encontrado ni una sola señal que permita al más extravagante de nuestros científicos afirmar que podríamos no estar solos. 

Tenemos varias hipótesis, que algunos han ascendido al nivel de afirmaciones categóricas, donde se asegura que las civilizaciones se autodestruyen cuando llegan a cierto nivel tecnológico, que la química necesaria para la vida y todas las circunstancias especiales que necesita para aparecer sólo se dieron en nuestro planeta o que, simplemente, somos una especie de avanzadilla y que nos hemos adelantado a un Universo lleno de vida…

Existe un principio llamado la Navaja de Ockham que nos dice que en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable. Para mi la explicación más sencilla es que, simplemente, aún no hemos empezado a buscar nada. 

Nuestras sondas hace 40 años que no buscan, con criterios científicos, indicios directos o indirectos de vida. Las últimas que hicieron algo parecido fueron las Viking sobre la superficie marciana dando positivo en dos de los tres experimentos que se realizaron (todavía aún se descuten los resultados aunque por consenso se aceptaron como negativos), el proyecto SETI está diseñado para encontrar una civilización de parecidas características a las nuestras, transmitiendo hacia nosotros en una determinada frecuencia (la del hidrógeno) y en una limitada porción de tiempo (el nuestro), algo demasiado difícil teniendo en cuenta las escalas espacio-temporales con las que nos enfrentamos (sin entrar en el tema del escaso presupuesto y el reducido número de radiotelescopios con los que se cuenta). 

Un posible punto azul anaranjado, un exoplaneta candidato a albergar vida


Es ahora cuando estamos a punto de empezar, de verdad, la búsqueda. El telescopio espacial Kepler lo ha revolucionado todo, la sola visión de miles de planetas extrasolares de todos los tipos y formas, orbitando cualquier tipo de estrella que podamos imaginar ha convulsionado nuestro entendimiento del Universo. Son tantas las posibilidades, son tantas las combinaciones, son tantas las oportunidades en las que un sistema autoreplicativo con metabolismo propio ha podido aprovechar una oportunidad para aparecer, que es casi una obscenidad pensar que ese proceso solo ha ocurrido en nuestro planeta. 

El telescopio espacial James Webb va a dar el primer paso, a más de un año para su lanzamiento se han presentado numerosos proyectos de investigación con la intención de usar una pequeña fracción de su precioso tiempo de observación. 

Las simulaciones preveen que la nueva joya de la NASA va a poder detectar la composición química de atmósferas de numerosos mundos alejados cientos de años luz. Uno de los primeros en ser estudiados serán los posibles exoplanetas que orbiten la estrella GJ 876, con sólo 10 tránsitos estudiados por el telescopio espacial se podrá asegurar con una certeza casi del 99% la existencia (o no) de metano y dióxido de carbono en una atmósfera de alguno de sus exoplanetas, además se podrá saber si son lo suficientemente densas como para bloquear la letal radiación ultravioleta de su estrella. 

La futura Europa Lander posada sobre la superficie del satélite joviano allá por 2030 (NASA/JPL)

Por primera vez estamos en la primera fase de diseño de un aterrizador para Europa. Una sonda cargada con instrumentos que van a buscar vida de una forma directa como un espectrómetro RAMAN que detectaría sustancias orgánicas, un microscopio capaz de ver microorganismos de hasta 0,2 micras de diámetro o un cromatógtafo de gases… esto es buscar vida y no lo que hemos hecho hasta ahora…

Dirigirse a lugares con elevado interés biológico, llevar los instrumentos adecuados, investigar atmósferas de exoplanetas buscando las huellas que los ecosistemas vivos dejan en ellas… todo esto lo hemos dejado de lado hasta ahora, como si se tratase de una enorme burla a nuestras ansias de saber hemos evitado estudiar una fascinante luna de Júpiter con un inmenso océano subterráneo plagado de sustancias orgánicas, o un hermoso satélite de Saturno cuya atmósfera es muy parecida a la que teníamos en nuestro planeta justo cuando comenzaron a aparecer las primeras formas de vida…

Tiene que haber algo que se me escape, algo que no entienda… mi cerebro es incapaz de comprender cómo se puede afirmar que vivimos en una galaxia donde el resto de civilizaciones se ha autoaniquilado por exceso de tecnología, que en miles de millones de planetas la vida no haya surgido aun en sus formas más simples o que hemos llegado demasiado pronto a un universo plagado de vida (por citar algunas de las teorías que más han sonado en los últimos tiempos). 

Primero exploremos, apliquemos el método científico de forma correcta y precisa, ya tendremos tiempo de divagar e inventarnos todas las explicaciones que queramos, pero no lo hagamos al revés… 

Pd: no vamos a encontrar hombrecillos verdes, ya que veamos algo que se pueda replicar por sí solo y consuma metabolitos de su entorno. 

Los elementos claves para la vida son más comunes en el centro de nuestra galaxia.

Moléculas presentes en el centro de nuestra galaxia (Universidad de Colonia)


Astrónomos del Sloan Digital Sky Survey (SDSS) acaban de anunciar los resultados de un nuevo estudio que muestra la abundancia de los elementos necesarios para la vida a lo largo de nuestra galaxia. 

Los elementos estudiados incluyen los átomos que forman el 97% de la masa corporal de los humanos. Más de 150.000 estrellas de la Vía Láctea han sido analizadas por primera vez en la historia, con casi dos docenas de elementos rastreados por cada estrella, incluidos aquellos a los que conocemos como los bloques de la vida (carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre). 

El espectrógrafo APOGEE (Apache Point Observatory Galactic Evolution Experiment) es capaz de escrutar el cielo en el espectro infrarrojo, la única manera que existe de atravesar el polvo interestelar, pudiendo obtener muchos más datos que si lo hiciera a través del espectro visible. 

Los datos indican que hay una mayor proporción de los elementos básicos para la vida en la partes centrales de la Vía Láctea, la explicación es simple, las estrellas del núcleo galáctico son más antiguas que las de la periferia (entre las que se encuentra nuestro Sol), los elementos pesados (aquellos que se encuentran más allá que el hidrógeno y el helio en la tabla periódica) se han formado mucho antes en estos lugares. 

La tabla periódica astrobiológica. Cada elemento viene con su procedencia astrofísica y su uso biológico (via Charles Cockell)

La vida puede haber tenido más oportunidades para surgir en el centro de nuestra galaxia que en sus brazos exteriores atómicamente hablando… aunque no todo es tan fácil, quizás las circunstancias no sean las más favorables en un sitio donde las distancias estelares son mucho menores (con lo que eso puede implicar), las interacciones gravitatorias pueden inestabilizar la formación de discos protoplanetarios, las explosiones de novas o supernovas pueden esterilizar sistemas estelares enteros,… o quizás sea un hervidero de vida y la excepción seamos nosotros, un sistema estelar alojado en un barrio a las fueras de la gran urbe galáctica…

Por ahora lo único que sabemos es lo que nos dice la tabla periódica colocada más arriba… somos polvo de estrellas… eso seguro…

Fuente: Sdss press release

Biomarcadores, indicios de habitabilidad… ¿no hay vida fuera de nuestro planeta o no sabemos buscarla?

Una bacteria oxidadora del azufre de hace 2.500 millones de años, mucho antes de que la atmósfera fuera rica en oxígeno (Andrew Czaja)

Sólo conocemos un ejemplo en el que la materia se ha convertido en lo que llamamos vida, nuestro planeta se ha convertido en un enorme laboratorio donde a lo largo de 4.600 millones de años han interaccionado sustancias orgánicas, fuentes de calor, ecosistemas favorables para permitir el inicio de ciertas reacciones químicas, temperaturas no demasiado extremas, protección contra letales radiaciones provenientes de nuestra estrella,… miles de factores que han permitido la aparición y evolución de lo que conocemos como vida, miles…

Hasta ahora la vida ha tenido un solo génesis, un solo inicio, lo que no proviene de LUCA (Last Universal Common Antecesor) nos es totalmente desconocido. Necesitamos carbono, necesitamos agua, nuestra información se transmite a lo largo de generaciones a través de nuestro ADN, mucha radiación nos mata, poca gravedad también, necesitamos oxígeno para respirar y no nos sienta nada bien que sobre nuestras cabezas no exista una atmósfera de presión… ejemplos válidos para nuestra especie, el ser humano (buscar por internet lo que pueden resistir algunos extremófilos y podéis tachar hasta un 80% de lo escrito hasta ahora)

El hecho es que el conocer una sola génesis nos está dificultando (muchísimo) la búsqueda de vida fuera de nuestra atmósfera, tanto que puede que nuestras sondas hayan pasado por encima de ella sin haberse dado ni cuenta (y lo pongo en plural porque puede que haya sucedido más de una vez).

A medida que exploramos el sistema solar vamos viendo lugares donde la vida pudo surgir en un pasado, sitios donde hace millones de años se pudieron dar las condiciones de habitabilidad que tanto buscamos para que algo parecido a un organismo vivo apareciera y tuviese la oportunidad de evolucionar. Pero, ahí no se queda la cosa, a medida que vamos mejorando nuestros instrumentos y aumentando nuestra área de exploración, nos damos cuenta que quizás, solo quizás, haya localizaciones donde la vida exista hoy en día.

Todavía existen discrepancias sobre los experimentos que las sondas Viking realizaron sobre suelo marciano en 1976. Uno de ellos, conocido como experimento LR (Labeled Release), dió positivo para la existencia de metabolismo en las muestras que recolectó. Un segundo experimento no encontró rastro de sustancias orgánicas (fundamentales para la aparición de la vida en nuestro planeta y que años después encontraría Curiosity en el cráter Gale). La NASA interpretó que las sondas no habían encontrado vida, algo que en los últimos años se está poniendo en duda por diversos estudios, quizás la forma de recoger las muestras esterilizó la tierra marciana analizada, quizás las formas de vida que provocaron la metabolización del primer experimento no se basaban en el carbono… 

A la izquierda depósitos de silicatos en el cráter Gusev (Marte), a la derecha depósitos de silicatos en la región chilena de «EL TATIO» (NASA/Spirit/JPL)


 

Hace unos días apareció un estudio de dos geólogos de la Universidad de Arizona. La imagen de la izquierda fue tomada por el rover Spirit en abril de 2007, cerca de un área conocida como «Home Plate» en el cráter Gusev. Spirit encontró multitud de nódulos ricos en silicatos dispersos por toda la zona, algo que indicaba la probable existencia de respiradores hidrotermales en el contexto de un antiguo Marte mucho más húmedo. 

La parte derecha de la foto corresponde con la región conocida como «El Tatio», una región de Chile situada a 4.200 metros de altitud, uno de los lugares en nuestro planeta donde existen fuentes hidrotermales a mayor altura. Aquí la atmósfera es más fina, la cantidad de radiación ultravioleta mayor, las temperaturas más frías, un lugar muy parecido al inhóspito Marte, un lugar donde aparecen nódulos de silicatos parecidos a los del cráter Gusev, depósitos de silicatos producidos por la acción de microbios en el caso terrestre, de origen aún por filiar en el caso marciano. 

Estructura del interior de Europa (NASA/JPL)


Quizás no deberíamos mencionar las enormes masa de agua subterránea repletas de sustancias orgánicas que esperan ser exploradas en las lunas de Europa y Encelado. Nadie sabe en qué se pueden haber transformado las enormes fuerzas de marea provenientes de Júpiter. 

Tampoco sabemos si algún tipo de microorganismo puede haber aprovechado la conjunción de una densa atmósfera rebosando de tolines con enormes mares y ríos de etano y metano que discurren por la superficie de Titán

No tenemos ni idea de lo que puede haber aparecido debajo de la Planicie del Sputnik (el gran corazón de Plutón), donde un enorme océano subterráneo persiste en estado líquido durante miles de millones de años a miles de millones de kilómetros del Sol. 

A la hora de buscar vida no sabemos ni lo que estamos buscando, no lo hacemos con los instrumentos adecuados y ni siquiera lo hacemos en los sitios más adecuados. Además es posible que hayamos pasado por al lado de ella y no nos hayamos dado ni cuenta. 

Así es muy difícil… y luego está el estúpido antropocentrismo, y luego…

Fuente: Seeker Web

Colaboración con la Cátedra de Cultura Científica: «De cómo un sistema estelar allana el camino a la vida»

Tw Hydrae. Una estrella digna de estudio.


Por aquí os dejo el enlace a un post que he realizado para la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco  en colaboración con Naukas

De como un sistema estelar allana el camino a la vida
Espero que os resulte interesante, a mí me ha encantado escribirlo. 

Saludos a todos. 

ALMA detecta moléculas orgánicas complejas alrededor de una estrella con planetas en formación

Moléculas de metanol sobreimpresionadas sobre el disco protoplanetario de TW Hydrae (ALMA/ESO)

Una molécula orgánica conocida como alcohol metilíco ha sido detectada , por el telescopio ALMA, en el disco protoplanetario que rodea a la estrella TW Hydrae. 

Al leer este párrafo muchos diréis… «Muy bien, ¿y qué me cuenta éste ahora?». 

Vamos por partes… El alcohol metilíco también es conocido como metanol (CH3OH), una molécula orgánica precursora de cosas tan importantes para la vida como los aminoácidos. El hecho de que se haya detectado en el disco de gas y polvo que rodea a la estrella TW Hydrae tiene connotaciones muy notables para comprender cómo surgió la vida en nuestro propio planeta. Ese disco de gas y polvo es el paso previo a la formación de planetas en dicho sistema solar, el hecho de que existan moléculas orgánicas tan complejas en estadios tan tempranos puede ayudar a entender, por ejemplo, porqué surgió la vida tan pronto en nuestro planeta (los últimos datos apuntan a que ya había vida hace 4.100 millones de años). 

El sistema protoplanetario de TW Hydrae se encuentra a «solo» 170 años luz de nuestro planeta, su relativa cercanía está posibilitando que sea uno de los más estudiados por los astrónomos y astroquímicos. Ya se han podido confirmar surcos en su estructura donde protoplanetas podrían estar limpiando de material la órbita donde finalmente quedarán alojados, y ahora la existencia de moléculas orgánicas complejas entre una distancia de 30 a 100 UA (unidades astronómicas) de la estrella. Materia orgánica formándose en granos de polvo helado situados a unos 50 UA y desacoplándose de ellos hacia la parte más interior del sistema… un escenario que pudo producirse en nuestro sistema solar hace miles de millones de años y que pudo ayudar a la formación de lo que hoy conocemos como vida. 

Pero es que, y esto ya es un estilo de escribir atropellado y fruto de una deriva mental digna de estudio, son moléculas quirales lo que estos señores han encontrado… Moléculas orgánicas que pueden presentarse de forma levógira o dextrógira… La vida se sustenta en moléculas de este tipo, nuestro ADN es levógiro, no sabemos porqué pero lo es. 

Estudiar con 170 años de retraso como se forma un sistema planetario con sustancias orgánicas es un privilegio que debemos aprovechar. ALMA lo está haciendo…

Quizás la vida tiene el camino mucho mas allanado de lo que creíamos, quizás su aparición es un hecho demasiado común a lo largo del Cosmos, quizás sólo necesita de unas mínimas premisas… Quizás pasan miles de años y solo sigue existiendo metanol… 

Fuente: http://www.almaobservatory.org/en/press-room/press-releases/964

En 5.000 millones de años el sol se convertirá en una gigante roja, pasando la zona de habitabilidad a Júpiter y Saturno

Zona de habitabilidad actual comparada con la existente cuando el sol sea una gigante roja (univ de Cornell)

Sabemos que nuestra estrella está en lo que conocemos como secuencia principal. Desde su formación, hace unos 4.500 millones de años, se producen reacciones de fusión de hidrógeno en su núcleo, y así seguirá durante unos 5.000 millones de años más. Llegará un momento en que se acabe su combustible, la fusión cesará y empezará a convertirse en una espectacular gigante roja

Ahora mismo nuestra estrella mantiene la zona de habitabilidad entre Venus y Marte, pero esto no va a ser siempre así… 

Según un estudio de la Universidad de Cornell una vez que nuestro sol se convierta en una gigante roja (engullendo Mercurio,Venus y posiblemente la Tierra), los mundos helados que orbitan los dos gigantes gaseosos de nuestro sistema solar pasarán a recibir la luz y energía necesaria como para poder sostener vida tal como la conocemos hoy en día. 

Por si fuera poco estas condiciones se mantendrán durante casi 9.000 millones de años, muchísimo más tiempo del que ha necesitado la Tierra para desarrollar vida. 

Una vez que nuestra órbita haya sido devorada por un gigante y furioso sol, nuevas oportunidades para la vida se abrirán en los pequeños satélites helados del sistema solar exterior, eso si no se han abierto ya…

5.000 millones de años es una escala de tiempo inasumible desde el punto de vista humano, pero no desde el estelar. Multitud de sistemas extrasolares tienen como estrella madre una gigante roja, un sol que a lo largo de su existencia ha dado diferentes alternativas como para que la vida orbite a su alrededor. 

Fuente: Eurekalert

¿Somos la única forma de vida inteligente en todo el universo?

Hace años que me hago esa misma pregunta una y otra vez. 

Nuestro pequeño mundo es un oasis de vida dentro de nuestro sistema estelar. Recientemente hemos podido completar la exploración de los cinco planetas interiores que orbitan nuestro Sol. 

Las sondas orbitales nos han demostrado, muy a nuestro pesar, que la vida tal como la conocemos es imposible que prospere en sus superficies. A pesar de que nuestro pequeño sol rojizo emite mucho menos calor que otras estrellas que hemos estudiado de nuestro entorno, las órbitas están demasiado cercanas como para que surja ningún tipo de vida basado en el silicio. Además su excesiva cercanía provoca que siempre esté la misma parte del planeta orientada hacia el sol, evitando la presencia de estaciones y otros fenómenos climatológicos tan necesarios para la vida en nuestro planeta. 

Nuestro mundo transita a mucha más distancia que estos infernales planetas interiores, damos una vuelta a nuestra estrella cada 129 días y a lo largo de los 7.100 kilómetros que tiene de radio nuestro mundo la vida ha prosperado desde las formas más simples hasta las más complejas de una manera sorprendentemente rápida. Unos pocos millones de años bastaron para que los primeros entes vivos pudieran emerger de los lechos volcánicos y colonizar otras areas de nuestro planeta. 

Es por esta aparente facilidad con la que estas primeras formas de vida prosperaron por lo que teniamos esperanzas de encontrar vida tanto en alguno de los cinco planetas nombrados anteriormente como en algunas de las lunas de los mundos situados más allá de nuestra órbita… pero nada… 

Desde hace unas décadas conocemos de la presencia de planetas parecidos al nuestro orbitando otras estrellas a lo largo de nuestra galaxia. Nuestros avanzados telescopios situados fuera de la atmósfera han confirmado que puede haber millones de mundos de parecido radio que el nuestro orbitando a una distancia razonable como para que la vida haya tenido una oportunidad. 

Seguimos buscando señales de algún tipo de emisión en la frecuencia del helio y del silicio (aprobadas por consenso internacional como las que más probablemente usen otras formas de vida para comunicarse). Además intentamos obtener los registros espectrales de las atmósferas  de los mundos que consideramos más idóneos para albergar vida (algo que aún nos resulta muy complicado, quizás en unas décadas…). 

En los medios de comunicación últimamente han saltado teorías con las que no estoy muy de acuerdo. Hablan de que la vida surge a lo largo de todo el universo con relativa facilidad pero que pasados unos pocos millones de años desaparece sin dejar rastro alguno de su existencia, se autodestruyen cuando alcanzan cierto nivel de desarrollo, incluso sugieren que a nosotros nos va a pasar lo mismo. No es muy alentador…

En las últimas semanas se ha descubierto un pequeño mundo, de unos 6300 kilómetros de radio orbitando una estrella mucho más masiva y caliente que la nuestra a unos 500 millones de años luz de nosotros. Su órbita es de unos 360 días y está lo suficientemente alejado de su sol como para tener unas temperaturas aceptables en superficie, aunque pueden variar bastante según el tipo de atmósfera que tenga. Lo malo es el resultado de los análisis de espectroscopía… demasiado oxígeno y carbono, pocas trazas de silicio, un ambiente demasiado hostil como para albergar la vida tal como la conocemos. Además no parecen emitir ninguna señal en las frecuencias más razonables. Su sistema estelar no se parece en nada al nuestro, no sé, quizás nos dejamos llevar enseguida por la euforia, no parece una versión reducida de nuestro mundo, habrá que seguir buscando…

¿Cómo es posible que seamos la única civilización capaz de admirar tanta belleza a lo largo de todo el universo observable? ¿Dónde está todo el mundo? Creo que tardaremos tiempo en saber la respuesta, por ahora solo hay silencio…

– Escrito encontrado por la tripulación de la nave Osiris IV entre los escombros de un probable observatorio astronómico del mundo conocido como Kepler 186f, adjuntamos ficha del sistema estelar. 

 

imagen del planetary habitability laboratory (PHL)


Seguimos buscando… 

Encuentran indicios de vida en la Tierra de hace 4.100 millones de años

 

Material atrapado en cristales de zirconio al microscopio electrónico

 
A la Tierra le costó muy poco tiempo el formar vida. Hasta ahora se pensaba que los primeros seres vivos podían haber surgido hace 3.700-3.800 millones de años, pero un nuevo estudio ha retrasado unos 300 millones de años esa fecha. 

Un equipo de geoquímicos ha descubierto un material que parece ser grafeno biogénico, un tipo de carbono formado por microorganismos. Su fecha de datación se remonta a 4.100 millones de años, algo realmente increíble debido a las condiciones reinantes por esas fechas en una tierra primigenia, azotada por intensas radiaciones, bombardeos masivos de asteroides o continúas erupciones de volcanes. 

Hay que recordar que nuestro planeta se formó hace 4.600 millones de años, que en solo 500 millones de años ya hubiera vida es un hecho que puede tener profundas implicaciones a la hora de buscar vida en otros planetas. Podría significar que a los seres vivos le cuesta muy poco aparecer en la terrenos que cumplan unos mínimos requisitos, y esta es una noticia muy buena…

El paso más dificil para la vida quizás sea el paso de procariotas a eucariotas, o el de la evolución a organismos capaces de formar civilizaciones. No lo sabemos, pero, geológicamente hablando, 500 millones de años en un mundo que aun se está enfriando y todavía está siendo bombardeado por multiples cuerpos, es un tiempo muy reducido para que ya existan organismos. 

 

Cristal de zirconio al microscopio óptico

 
Los registros geológicos empiezan hace 3.800 millones de años, es por eso que hasta ahora los organismos más antiguos se remontaban a esa datación. Pero una nueva técnica nos permite mirar más atrás en el tiempo. 

Hay numerosas muestras de granos de zirconio, en numerosas localizaciones de nuestro planeta, formadas en un período hace 4.000-4.600 millones de años. Al enfriarse encerró y preservó en su interior material de sus proximidades. En uno de estos granos se ha descubierto un alto ratio de un isotopo del carbono, algo que puede ser producido por un proceso biológico. 

Se cumplen 20 años del descubrimiento del primer exoplaneta orbitando alrededor de una estrella, ahora tenemos miles de ellos salpicando los mapas estelares de nuestros observatorios… El cosmos nos ha demostrado que le gusta formar planetas, y que lo hace a la mínima oportunidad que tiene… Ahora nuestro planeta nos muestra que en la primera ocasión que tuvo formó vida… Podemos extrapolar en un ejercicio de extrema imaginación, o solo sospechar que nuestro universo rebosa de vida… aunque sea en sus formas más simples…

La astrobiología va a dar mucho de que hablar en los próximos años. Y para ello debemos comprender aún muchos detalles de cómo se formó la vida en nuestro planeta. No todo va a ser exploración espacial…