Primera medición de la velocidad de rotación de un exoplaneta

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El VLT (Very Large Telescope) ha medido, por primera vez, la velocidad de rotación de un exoplaneta.

El hallazgo ha permitido conocer que la duración del día de Beta Pictoris b es de solo 8 horas. Su ecuador se mueve a una velocidad de 100.000 kilómetros por hora. Nuestro planeta apenas rota a una velocidad de 1.700 kilómetros por hora y Júpiter lo hace a 47.000 kilómetros hora.

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El planeta se encuentra a 63 años luz de nosotros, orbitando la estrella Beta Pictoris (visible a simple vista desde la Tierra). Orbita a su estrella anfitriona a una distancia de solo ocho veces la distancia que nos separa del Sol y y tiene el honor de ser el exoplaneta más cercano a su estrella captado en imágenes directas.

El planeta es relativamente jóven, apenas 20 millones de años de edad, ahora mismo es 16 veces mayor que nuestro planeta, pero se espera que a medida que se enfríe vaya disminuyendo su tamaño (lo que aumentará, más aún, su velocidad de rotación).

Para medir la rotación se ha usado una técnica llamada espectroscopía de alta dispersión para dividir la luz en los colores que la forman. Según los autores «hemos medido las longitudes de onda de la radiación emitida por el planeta con una precisión de una parte entre cien mil, lo que hace las mediciones sensibles a los efectos Doppler que pueden revelar la velocidad de los objetos emisores. Utilizando esta técnica nos encontramos con que diferentes partes de la superficie del planeta se acercan o se alejan de nosotros a diferentes velocidades, lo cual sólo puede significar que el planeta gira alrededor de su eje».

Con el futuro telescopio E-ELT se podrá aumentar la precisión de estas mediciones hasta el punto de llegar a realizar mapas globales de planetas alejados millones de años luz de nosotros.

Fuente: eso news

Selfie del rover Curiosity en plena faena

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Último autorretrato del Curiosity en Sol 613 (entre el 27 y el 28 de Abril) con el Monte Aeolis como fondo, cada vez más cerca, y estudiando un afloramiento rocoso.

A destacar la importante capa de polvo que cubre la superficie del robot. Dando un clic en la imagen podemos observar detalles increíbles tanto del robot como del planeta rojo.

Una gozada.

Fuente: http://www.db-prods.net/marsroversimages/curiosity-2014.html#81

Actualización: para los que preguntan como se ha hecho. Composición de las diferentes fotografías tomadas por la cámara MAHLI.

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El oro de la Tierra procede de estrellas que mueren dos veces

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El Cosmos ha formado todos y cada uno de los elementos que nos rodean y que nos forman. Cada uno de estos pilares de la materia tiene su propia historia y diferentes orígenes.

La historia que nos cuenta el material conocido como oro es de las más épicas que podemos encontrar desde que el Universo es Universo. Este material es uno de los metales más pesados que encontramos de forma estable.

Del hidrógeno que forma nuestro mundo solo podemos decir que se creó durante el Big Bang, Lo mismo pasa con la formación de elementos más ligeros, apenas necesitaron unas pocas generaciones de estrellas para ser «cocinados» en su interior.

En los primeros pasos del Universo solo existía un denso mar de plasma, la materia y la radiación eran tan intensas que no permitían la unión de dos partículas.

El universo se enfrió a medida que se expandía, le costó millones de años, pero se enfrío. Esta situación permitió que núcleos más pesados de elementos se formaran. El hidrógeno, el helio y algunos isótopos de litio aparecieron así.

La evolución siguió sus pasos, nuestro Cosmos necesitaba materiales cada vez más pesados, no le bastaba con números atómicos bajos, por alguna razón buscaba algo más. La gravedad entró en escena, aglutinando la materia en densas nubes moleculares, la mayoría ya compuestas por helio, de aquí salieron estrellas de tercera generación que empezaron a fusionar el helio para formar carbono, otras llegaron a crear oxígeno, silicio y azufre, y los núcleos más compactados y calientes de algunas de estas estrellas trajeron el hierro, el cobalto y el niquel. Algunas de estas últimas pagaron su osadía cuando el combustible que las mantenía activas se agotó, colapsaron y explotaron en forma de supernovas tipo II, sembrando de metales pesados sus vecindarios cósmicos, expandiendo la materia de la que están hechos los mundos y la vida.

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Estas terribles explosiones, cuyo único brillo iguala al del resto de la galaxia a la que pertenece la estrella que muere, dejaban su correspondiente agujero negro o (con más frecuencia y según la masa de la estrella fuente) una estrella de neutrones.

La misma explosión que crea estas estrellas de neutrones expulsa al espacio un elevado número de neutrones que permitiría formar elementos mucho más pesados que el hierro, pero no en la cantidad que se observan actualmente. Necesitamos otros mecanismos que expliquen las concentraciones de elementos pesados tal como las encontramos en la actualidad.

La respuesta, según un último estudio, se encontraría en las estrellas de neutrones. El espacio está lleno de ellas, se estima que hay miles de millones de ellas en cada una de las galaxias del tamaño de nuestra Vía Láctea, la mayoría solitarias aunque algunas forman parte de sistemas binarios, un pulsar doble.

Las órbitas de estas binarias al final decaen, y es en ese momento donde se produce la segunda muerte de la estrella. Ambas se destruyen en una fracción de segundo, puede que dejen un agujero negro tras la explosión, pero lo que seguro que hacen es emitir el equivalente de miles de veces la masa terrestre de elementos pesados. De aquí es donde procede la mayoría del oro, platino, mercurio, plomo y uranio de nuestro Cosmos, y por ende de nuestro planeta.

Estrellas que mueren dos veces, una como supernova y otra en una explosión de rayos gamma, así es como el universo obtiene sus elementos más elaborados…

Fuente: https://medium.com/starts-with-a-bang/1dff9b27d587

Graban desde París a la cápsula Dragon de Space X media hora después del lanzamiento

El vídeo que ayer grabó Theirry Legault desde la capital francesa es de un mérito increíble. Este astrofotógrafo ya era famoso por sus capturas de la Estación Espacial Internacional (ISS) o el transbordador, pero ayer grabó una increíble secuencia de la cápsula Dragon en órbita hacia la Estación Espacial Internacional, casi media hora después de su lanzamiento desde Cabo Cañaveral en Florida, Estados Unidos.

En el vídeo se puede ver con total nítidez (ampliando se observa mucho mejor) el cuerpo de la cápsula de 7,2 metros de largo y 3,7 metros de ancho, con los paneles solares extendidos, ¡a una distancia de 370 kilómetros!, todo esto siguiendo el fugaz recorrido.

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La cápsula Dragon ya va camino de la ISS después del exitoso lanzamiento de ayer, con una valiosa carga de casi 2.400 kg entre los que se encuentran un nuevo traje espacial y las piernas del robot Robonaut 2, además de numerosos experimentos científicos y provisiones para la tripulación.

Aquí dejo el vídeo del lanzamiento:

Fuente: bad astronomy

Curiosity fotografiado desde la órbita marciana

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La sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO), actualmente en la órbita del planeta rojo, ha conseguido fotografiar al rover Curiosity en pleno viaje hacia las laderas del Monte Aeolis.

El vehículo aparece como un brillante punto azul en el cuadrante inferior izquierdo de la imagen (click para ampliar), cerca de una pequeña elevación llamada «Mount Remarkable». La siguiente imagen es una ampliación de la que abre el post, donde se ve con claridad nuestro explorador.

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En la imagen general también se observan las huellas que han ido dejando las seis ruedas del rover desde que aterrizó en el cráter Gale.

Para hacernos una idea global de la instantánea, esto era lo que el Curiosity estaba viendo en el mismo momento en el que se tomó.

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Aprovechemos estos años en los que tenemos el lujo de tener orbitadores y robots en la superficie marciana que permiten estas instantáneas. Los recortes en presupuesto harán que pase mucho tiempo en volver a disfrutar de cosas así.

Descubierto un planeta del tamaño de la Tierra en la zona habitable de su estrella

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Entre los datos que quedan por analizar de los obtenidos por el telescopio espacial Kepler hay un planeta muy especial que hoy ha sido dado a conocer.

Kepler 186-f es el nombre del exoplaneta que pasará a la historia de la astronomía como el primer planeta de radio similar al terrestre que orbita a la distancia justa de su estrella como para poder albergar agua líquida en su superficie, es decir, está justo en la zona de habitabilidad.

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Hasta ahora todos los planetas descubiertos en la zona de habitabilidad de sus estrellas eran hasta un 40% más grandes que nuestro planeta. Kepler 186-f apenas tiene 1.1 veces el tamaño de la Tierra.

Intuíamos que las «tierras», orbitando estrellas justo a la distancia donde la vida tiene más fácil aparecer, existían. Pero la intuición en ciencia no tiene ninguna validez, ahora lo sabemos. Vivimos una época en que los telediarios mezclan noticias que nos denigran como especie, con otras como esta… hemos sido capaces de demostrar que los planetas como la Tierra existen y que además pueden ser muy comunes en el Universo…

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Kepler 186-f orbita una estrella con la mitad de masa que nuestro Sol, a unos 500 años-luz de nuestro planeta. Su sol es una enana roja, un tipo de estrella al que pertenencen el 70% de los astros de la Vía Láctea, y además del exoplaneta descubierto existen cuatro planetas más en el sistema.

El método del tránsito que usa Kepler nos deja pocos datos del planeta. Sabemos que orbita su estrella una vez cada 130 días, y que recibe solo un tercio de la energía que nosotros recibimos del Sol. Que esté situado en la zona habitable de su estrella no significa que esté habitado. No conocemos su masa, no sabemos la temperatura de su superficie y tampoco si está rodeado de una atmósfera que permita que las condiciones del planeta sean más agradables para la vida.

Futuros telescopios serán capaces de decirnos más cosas sobre Kepler 186-f, podremos analizar la composición de su atmósfera (si la tiene), saber su masa, averiguar si es un planeta rocoso (todo apunta que si) y, con un poco de suerte, buscar alguna huella de las que deja la vida cuando transforma un planeta.

Ya tenemos nuestra primera «exotierra» en zona de habitabilidad dentro de nuestros catálogos astronómicos, no sabemos mucho sobre ella, pero sabemos que existe. Encontrar más solo es cuestión de tiempo…

Actualización: mapa donde se encuentran los exoplanetas descubiertos hasta la fecha (click para ampliar).

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Fuente: nasa news

La sonda Cassini puede haber asistido al nacimiento de una nueva luna de Saturno

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En las imágenes captadas por las cámaras de la sonda Cassini del 15 de Abril de 2013 hay algo que no habíamos visto nunca con anterioridad.

Un pequeño objeto de hielo está tomando forma en el anillo A de Saturno, quizás el esbozo de una nueva luna del gigante gaseoso cuya observación puede dar muchas pistas de cómo se formaron el resto de las lunas ya conocidas.

La estructura observada es representa un arco un 20% más brillante que los anillos que le rodean, de unos 1200 kilómetros de longitud y 10 de ancho. Lo más seguro es que no crezca mucho más, incluso puede llegar a desmoronarse, pero su proceso de formación puede ayudarnos a entender como se fornaron otras lunas de Saturno, incluyendo Tián o Encelado.

El objeto que puede haberse formado dentro del arco es demasiado pequeño como para poder visualizarlo, puede que no tenga más de un kilómetro de diámetro, algo dificil de precisar teniendo en cuenta la distancia a la que se han tomado las imágenes. Aun así ya ha sido bautizado como Peggy.

Las lunas de Saturno son más grandes en diámetro a medida que están situadas más lejos de su planeta, muchas de ellas están compuestas por hielo, el mismo material del que están hechos los anillos.

Una de las teorías surgidas a raíz de estas observaciones sostiene que Saturno tuvo en un pasado un sistema de anillos mucho más masivo que el actual, capaz de crear lunas más grandes que en la actualidad. Esas lunas más antiguas migraron hacia las zonas externas del pequeño sistema solar que forma Saturno en la actualidad.

Quizás Peggy sea visible en 2016, año en el que la órbita de la Cassini permitirá un mejor estudio del anillo A. Puede que para esas fechas su diámetro haya aumentado de tamaño, o simplemente las descomunales fuerzas gravitatorias que lo rodean lo reduzca a pequeños escombros.

Fuente: nasa web

Encontrada una candidata a exoluna orbitando un planeta errante

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Investigadores de la NASA han localizado las que podrían ser primeras señales de una exoluna, un satélite orbitando a un planeta fuera de nuestro Sistema Solar.

El descubrimiento fue realizado usando una red de telescopios localizada entre Nueva Zelanda y Tasmania. El método usado ha sido el de microlentes gravitacionales que aprovecha el alineamiento entre estrellas. Cuando una estrella pasa entre nosotros y un astro más distante, la estrella más cercana puede actuar como una lente amplificadora de la luz que nos llega del astro en segundo plano. Estos eventos pueden durar aproximadamente un mes, lo que convierte la observación en única e imposible de reproducir una vez que ya no existe la lente gravitacional.

Si la estrella observada en primer plano (o lente) tiene un planeta orbitando alrededor suya, actuará como una segunda lente que acentuará o disminuirá la luz del astro en segundo plano incluso más. Con estos datos relativos al brillo podemos averiguar la masa de la estrella en primer plano en relación al planeta que la orbita.

Ahora bien, imaginemos que no es una estrella lo que se interpone entre nosotros y otro astro, en algunos casos (como el que nos ocupa) es un planeta huérfano o un mundo sin estrella el que actúa como lente. En este caso lo que medimos sería la masa relativa del planeta con respecto a algo que lo orbita, su luna.

En el estudio presentado el ratio del planeta con respecto a su pequeño acompañante fue de 2.000 a 1. Esto deja varias interrogantes en el aire. La pareja podría ser un planeta más masivo que Júpiter acompañado de una luna con menos masa que la Tierra, o una pequeña y débil estrella orbitada por un planeta 18 veces más masivo que nuestro planeta. En la actualidad no tenemos la precisión suficiente para saber en cuál de los dos escenarios nos encontramos.

«La posibilidad de que sean un planeta y su luna sería un espectacular descubrimiento de un nuevo tipo de sistema» según palabras de Wes Traub, el director científico del programa de exploración exoplanetaria de la NASA.

La respuesta a si es o no una exoluna reside en saber la distancia a la que se encuentra. Una pareja mundo-luna produciría la misma disminución de brillo que si fueran un astro y su planeta a mucha más distancia de nosotros.

En un futuro podremos conocer la distancia de los objetos que actúan como lente, para ello necesitaremos dos telescopios en órbita con el fin de poder usar la técnica de paralaje.

La técinca de microlentes gravitacionales puede ser de gran utilidad a la hora de descubrir nuevos planetas y lunas fuera de nuestro sistema solar. Aunque debido a su naturaleza solo tendremos una oportunidad.

Fuente: nasa news

Cassini fotografía dunas en Titán

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Cada imagen que la sonda Cassini nos manda de la luna Titán es más sorprendente que la anterior.

El radar que lleva a bordo traspasa sin dificultad la densa atmósfera que rodea uno de los mundos más asombrosos que jamás hemos explorado.

Esta vez no tenemos ninguna imagen de los grandes lagos del hemisferio norte, ni las sinuosas curvas de ríos de metano. La sonda nos manda instantáneas de líneas oscuras talladas sobre dunas muy parecidas a las que podemos observar en nuestro propio planeta.

La principal diferencia radica en que, mientras en la Tierra las dunas están formadas por silicatos, la arena que forma estas dunas alienígenas se compone de partículas de materia orgánica.

Estas partículas son arrastradas por vientos no muy fuertes (apenas un metro por segundo) aunque si en diferentes direcciones, lo que provoca que vayan acumulándose con ciertos patrones.

Cada sobrevuelo de la Cassini muestra un mundo con demasiadas similitudes al nuestro.

No me cansaré de decirlo, el día que nos decidamos a explorar esta pequeña luna de Saturno con la seriedad que se merece nuestra perspectiva del cosmos cambiará. Lo fascinante de este mundo no reside en lo que ya conocemos, lo realmente increíble está en lo que no sabemos.

– Dunas en Titán comparadas con las dunas terrestres

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Fuente: esa