El dañado telescopio espacial Kepler puede seguir buscando exoplanetas

20130903-110808.jpg

Acaba de ser aceptado un artículo en arxiv.org donde se demuestra que el malogrado telescopio espacial Kepler, con solo 2 de sus 4 giroscopios activos, que reducen significativamente su capacidad de mantenerse estabilizado mientras estudia nuevos objetivos, podría ser capaz de detectar un tipo de exoplaneta muy concreto.

El nuevo objetivo de Kepler se centraría en la búsqueda de exoplanetas que estuvieran orbitando alrededor de la zona habitable de Enanas Blancas.

Una gran parte de enanas blancas podrían albergar planetas en sus zonas habitables. Este tipo de planetas son el mejor objetivo para detectar biomarcadores gracias al pequeño ratio existente entre el tamaño de este tipo de estrellas y los planetas de radio similiar a la Tierra.

Una vez identificados, el futuro telescopio espacial James Webb sería capaz de obtener las primeras medidas espectroscópicas de estos teóricos mundos analizando las sustancias químicas.

Un equipo de astrónomos de diferentes Universidades proponen obtener la fotometría de 104 enanas blancas al mismo tiempo, algo que no sería problema debido al gran campo de visión del Kepler.

Según sus cálculos necesitarían 200 días de tiempo de observación, estimando en 100 los exoplanetas que podrían hallarse en la zona habitable de este tipo estelar.

Con pocos días de observación y manteniendo pocos minutos el telescopio estable para obtener la curva del tránsito se podría explorar toda una zona del espacio de la que no se tiene dato alguno.

A parte de la búsqueda planetaria se podrían aprovechar los datos para profundizar en el estudio de las enanas blancas pulsátiles y su relación con la aparición de supernovas tipo Ia.

El poco tiempo que supondría al Kepler estas observaciones permitiría combinarlo con otras propuestas para aprovechar esta excelente pieza de ingeniería que tanto ha aportado a la astronomía de nuestro siglo. Y lo que puede seguir aportando.

Fuente: arxiv.org

Descubierto exoplaneta del tamaño de la Tierra… a 2700 grados Celsius en superficie

20130819-222031.jpg

Científicos del MIT han descubierto un exoplaneta del tamaño de nuestro planeta llamado Kepler 78b. El nuevo planeta orbita su estrella cada 8.5 horas, uno de los periodos orbitales más cortos detectados.

Como podéis imaginar este mundo se encuentra muy cerca de su sol, está a aproximadamente tres veces más lejos que el radio de su estrella madre. Esto tiene unas consecuencias, se estima que la superficie ronda los 3000 grados Kelvin, a estas temperaturas la superficie debe estar completamente derretida, creando un enorme océano global de lava.

Lo importante del descubrimiento es que por primera vez se ha podido captar la luz que refleja un planeta de radio tan pequeño como Kepler 78b, a pesar de estar a 700 años luz. Este espectro, una vez que se pueda analizar dará datos sobre la composición de la superficie del planeta.

También se estima que para mantenerse en una órbita tan cercana el planeta debe ser increíblemente denso, con una estructura formada en su mayoría por hierro, de otra forma las fuerzas gravitatorias de su cercana estrella lo hubieran destrozado en pedazos.

Las mediciones nos dicen que Kepler 78b está unas 40 veces más cerca de su sol de lo que Mercurio está del nuestro. La estrella es relativamente joven ya que rota unas dos veces más rápido que nuestro sol.

La importancia del descubrimiento no radica en el hecho de buscar tierras habitables, lógicamente ésta no lo es, pero es muy relevante en lo que concierne a la obtención de luz de planetas tan pequeños y la medición de su masa.

Kepler sigue dándonos alegrías, aun después de haber dejado de buscar planetas fuera de nuestro sistema solar. Y lo que queda.

Fuente: the daily galaxy

Podéis votarla en este enlace gracias 🙂

La NASA da por terminados sus intentos de recuperar al telescopio Kepler

20130815-224705.jpg

Los ingenierios del telescopio espacial Kepler han dado por finalizados los intentos por recuperar el completo funcionamiento de la nave. Se da por perdidos los dos giroscopios que mantenían fuera de servicio a una de las misiones más exitosas de la agencia espacial en los últimos tiempos.

El famoso cazador de exoplanetas necesitaba al menos tres de los cuatro giroscopios de los que posee para poder seguir con su increíble misión. A partir de ahora deberán buscar un nuevo cometido al telescopio pero esta vez solo con dos giroscopios, lo que limita seriamente la capacidad de apuntar a los objetivos y, sobretodo, mantener estabilizado al ingenio mientras observa el tránsito del exoplaneta a buscar por delante de su estrella.

Kepler había completado su misión primaria en Noviembre de 2012 y había empezado una misión extendida de cuatro años de duración, en la que tenía como objetivo localizar planetas parecidos en tamaño a nuestra Tierra y que además estuvieran a una distancia de su sol que permitiera la vida. Todo eso se acabó.

El 8 de Agosto se iniciaron una serie de tests para evaluar si se podrían recuperar algunas de las dos «ruedas» pero la fricción es demasiado elevada y ninguna de las dos podrían ejecutar su función con normalidad. Una posibilidad sería la de usar los dos giroscopios que quedan operativos junto con los propulsores para estabilizar a Kepler, algo que está difícil.

La misión ha sido un éxito, ya no nos preguntamos si los planetas como la Tierra abundan en el Universo, la pregunta ahora es si además es común que orbiten a distancias que permitan a la vida tener una oportunidad para aparecer.

Kepler ha confirmado 135 exoplanetas y aún tiene 3500 posibles objetivos por confirmar. Aún quedan cuatro años de datos por analizar, en los que se esperan cientos de nuevos descubrimientos incluyendo planetas como el nuestro en la zona habitable de su sol.

Fuente: nasa jpl news

Uno de los dos giroscopios del Kepler ha respondido

20130724-232512.jpg

Este pasado Jueves 18 de Julio el equipo del telescopio espacial Kepler comenzó con los intentos para recuperar los dos giroscopios (reaction wheels en la imagen) que dejaron en «modo seguro» al telescopio espacial Kepler.

Los tests consisten en probar los giroscopios 4 y 2, intentando averiguar si van a poder volver a funcionar.

La rueda 4 no respondió a los intentos por moverla en dirección a las agujas del reloj, aunque si lo hizo en la dirección contraria. Este giroscopio es el más dañado de los dos que han fallado.

El 22 de Julio comenzaron las pruebas con la rueda número 2, y aquí vienen las buenas noticias, respondió al movimiento en las dos direcciones.

Durante las dos próximas semanas van a seguir las pruebas. Recordemos que con que una sola funcionara, el telescopio volvería a tener los tres giroscopios necesarios para volver a reiniciar su actividad y poder apuntar a los objetivos con la suficiente precisión.

El problema de la fricción de las ruedas sigue ahí. Aunque se muevan, una alta fricción también daría al traste con la misión.

La actividad del equipo del telescopio no ha cesado, la recuperación de los giroscopios dañados, el mantener la sonda en buen estado de salud y los dos años de datos almacenados que aún deben ser procesados los mantienen muy ocupados.

Vamos a cruzar los dedos…

Fuente: nasa

Dos exoplanetas encontrados en… ¡un cúmulo estelar!

20130627-072058.jpg

Estamos encontrando exoplanetas en los lugares más insospechados de nuestra galaxia. Esto empieza a ser ya de escándalo.

Hoy salta la noticia que entre los datos que se van analizando del telescopio espacial Kepler, astrónomos han encontrado dos planetas orbitando diferentes estrellas dentro de un contexto tan violento como puede ser un antiguo cúmulo abierto situado a 3.300 años luz de la Tierra llamado NGC 6811, hasta ahora solo cuatro de los más de 850 exoplanetas localizados fuera de nuestro sistema solar provenían de cúmulos.

Los planetas han recibido el nombre de Kepler 66b y Kepler 67b, ambos son ligeramente menores en tamaño que nuestro Neptuno y su estrella madre es parecida a nuestro sol.

El equipo que ha descubierto ambos cuerpos aún no sabe si decantarse por un tipo de planeta rocoso, como el nuestro, o uno gaseoso, como Neptuno. No existen precedentes en nuestro sistema solar de un mundo tres veces el radio de la Tierra o, dicho de otro modo, el 75% del tamaño de Neptuno.

Algunos astrónomos piensan que debe ser bastante dificil para un planeta el sobrevivir en cúmulos estelares debido al turbulento medio que les rodea. Explosiones de supernovas y los movimientos de otras estrellas del cúmulo podrían desestabilizar las órbitas de estos mundos. Pero últimamente no hacemos más que romper folios y folios de teorías y las órbitas de estos nuevos planetas parecen totalmente estables.

Son los primeros descubiertos por el método de tránsito dentro de un cúmulo estelar, lo que nos permite medir su tamaño. Los intentos previos de encontrar exoplanetas mediante esta técnica en cúmulos habían fracasado, debido a lo complejo de la búsqueda. El hecho de creer que era raro hallar planetas en este tipo de formaciones quizás era debido a nuestra falta de precisión a la hora de buscarlos, y no a que no existieran.

Ambos planetas orbitan con una frecuencia de 15 y 17 días, respectivamente, alrededor de su estrella.

20130627-072617.jpg

Orbita de Kepler 66b con respecto a la de Mercurio

20130627-072713.jpg

Orbita de Kepler 67b con respecto a Mercurio (la zona habitable está en verde)

Empezamos a encontrar mundos allá donde miramos, al universo le gustan los planetas…

Fuente: space.com

Las estrellas no suelen destruir a sus planetas

20130606-191032.jpg

Un nuevo estudio derivado de los datos que el telescopio espacial Kepler nos ha suministrado durante todos estos años ha visto la luz hoy.

Uno de los tipos más frecuentes de exoplanetas descubiertos por Kepler son los llamados «Júpiter calientes», enormes gigantes gaseosos que se forman a grandes distancias de sus estrellas para luego empezar una migración que los colocará en órbitas muy cercanas a su sol.

Este osado acercamiento hacia el centro de su sistema solar debería acabar con el planeta «engullido» por un astro mucho más masivo y con más atracción gravitatoria. Kepler ha demostrado que esto no es así en muchos casos.

De hecho, los planetas permanecen estables en una órbita de pocos días de duración durante millones de años. La proximidad de la estrella parece frenar esta mortal aproximación, el sol parece «proteger» a sus planetas…

El estudio publicado en el Astrophysical Journal es el primero en demostrar como las enormes fuerzas gravitacionales de la estrella madre circularizan y estabilizan las órbitas de sus planetas, cuando la órbita adquiere una forma más o menos circular la migración se detiene.

Existen unas cuantas teorías para explicar este extraordinario fenómeno. Una de ellas propone que son los campos magnéticos estelares los que evitan que el planeta cruce una línea de no retorno. Cuando una estrella es joven está rodeada de un disco de polvo y gas, el disco protoplanetario del que surgirán por acreción de partículas los futuros planetas.

A lo largo de millones de años el material va cayendo sobre la estrella debido a su enorme atracción gravitatoria, pero llega un momento en que se forma una brecha entre la parte más interior del disco y la estrella, ahí es donde se cree que paran su migración este tipo de planetas.

Otra teoría, ya comentada anteriormente, defiende que la migración se detiene cuando las fuerzas gravitacionales terminan su «trabajo» de estabilizar la órbita del planeta.

Aún quedan muchas dudas acerca de todas estas suposiciones, Kepler nos ha mostrado que es un fenómeno común pero no extendible a todos los sistemas planetarios, como el nuestro. El acercamiento de gigantes gaseosos hacia órbitas próximas a su estrella implicaría la destrucción de los posibles pequeños planetas rocosos que ya se hubieran formado. Y esto sería muy perjudicial para la aparición de la vida.

Aún no sabemos por qué en unos sistemas se da un patrón u otro. En el nuestro Júpiter se mantuvo alejado del Sol, y menos mal que así fue, dando oportunidad a este humilde bloguero de escribir este post.

Fuente: nasa

Los planetas encontrados por Kepler son más grandes de lo esperado

20130604-232035.jpg

Un nuevo estudio sugiere que una gran parte de los mundos econtrados por el telescopio espacial Kepler son significativamente más grandes de lo que se había estimado en un principio.

El observatorio nacional de Kitt Peak se ha dedicado a estudiar las estrellas donde Kepler ha encontrado candidatos a exoplanetas o a sistemas planetarios, haciendo especial seguimiento a las 300 estrellas más cercanas.

Los primeros resultados indican que la mayoría de estrellas observadas son ligeramente más grandes de lo estimado, incluso un cuarto de ellas son al menos un 35% mayores.

Este cambio en el diámetro estelar implica un aumento de tamaño de los planetas que lo orbitan, debido al método que usa el Kepler para detectarlos, el tránsito por delante de su estrella natal. Y de esto a decir que se van a reducir el número de planetas que podrían tener un diámetro similar al nuestro, un paso.

El telescopio espacial, ahora fuera de servicio temporalmente, ha sido un descubridor nato, pero va a ser misión de los telescopios terrestres y los futuros ubicados en el espacio, matizar los detalles de todo lo descubierto.

Fuente: space.com

La Nasa está intentando resucitar al telescopio espacial Kepler

20130519-171022.jpg

En estos mismos momentos, ingenieros de la Nasa están intentando salvar una misión que ha cambiado todos nuestros esquemas sobre nuestra galaxia.

El telescopio espacial Kepler nos ha hecho entender que nuestro vecindario cósmico está lleno de planetas de todo tipo y de toda clase.

Esta misión única e irrepetible está herida de muerte. Hace poco anunciábamos el mal funcionamiento de un segundo giroscopio, pieza fundamental para mantener estable al telescopio mientras apunta a su objetivo, con la consecuente entrada en «modo seguro» de la misión.

El telescopio partió con 4 giroscopios, uno falló el año pasado, lo que unido a este segundo fallo deja un sombrío panorama. La misión no puede seguir con solo dos giroscopios. O quizás si.

En estos momentos se están barajando dos grandes vías de actuación para sacar al Kepler del coma inducido en el que se encuentra. Una pasa por intentar recuperar la rueda que falló el año pasado, ahora mismo el engranaje se encuentra en una situación de «metal con metal», la fricción impide cualquier funcionamiento normal del giroscopio, la idea sería volver a meter lubricante y ver si recupera un mínimo de movilidad con el que poder estabilizar el telescopio.

La segunda idea es mucho más descabellada y según Scott Hubbard, uno de los ingenieros que participó en la construcción del telescopio, requeriría una importante reprogramación del software de a bordo. El objetivo sería usar los impulsores del Kepler y la presión que aplica el viento solar sobre los paneles como un tercer giroscopio. No hace falta decir que sería la primera vez en intentar esta opción y como es lógico sería de resultado incierto.

«No estamos preparados para dar la misión por finalizada, no ahora» ha dicho John Grunsfeld, administrador de la Nasa para la misión Kepler.

20130519-170033.jpg

La cantidad de planetas y sistemas planetarios que nos ha mostrado Kepler es insultantemente increíble. La misión va a pasar a la historia de la investigación espacial pase lo que pase estos días.

Su misión primaria ha sido cumplida con creces, el universo está inundado de planetas, pero ahora nos encontrábamos en medio de una misión extendida que iba a durar hasta 2016 y que nos iba a mostrar que en el universo hay otras tierras como la nuestra, orbitando alrededor de soles como el nuestro y en zonas habitables donde, quizás, la vida puede hacerse paso.

En parte esto ya se demostró en la última conferencia del equipo del telescopio y la presentación del sistema planetario Kepler-62. Quizás muchas más exotierras se encuentren escondidas entre el casi año y medio de datos que aún quedan por analizar.

De todas formas necesitamos que Kepler vuelva a abrir sus ojos. Al menos un tiempo más.

Fuentes: universe today, kepler space telescope

La misión Kepler puede haber llegado a su fin

20130515-232834.jpg

Lo que nos temiamos acaba de pasar.

Un segundo giroscopio del telescopio espacial Kepler ha fallado, dejando a la misión en «modo seguro».

Los ingenieros tratan de solucionar lo que supondría el final de la misión más prolífica en datos de los últimos años. Miles de exoplanetas candidatos a confirmarse han sido descubiertos por este telescopio. Muchos ya lo están. Algunos en las zonas habitables de sus soles.

Aquí el comunicado de la nasa

Sería una pena que la misión que nos abrió los ojos a un nuevo universo lleno de planetas llegara a su fin, justo ahora que su misión se había centrado en buscar exoplanetas parecidos a la tierra en tamaño y dentro de zonas habitables.

Según técnicos de la misión aunque esta acabara hoy mismo habría hasta cuatro años de datos sin analizar.

Esperemos que se pueda recuperar el giroscopio que ha fallado, pieza fundamental para poder apuntar la sonda hacia sus objetivos y mantenerla estable mientras observa el tránsito, aunque todo indica que esta vez no va a poder ser.

¿Por qué la naturaleza forma exoplanetas tan fácilmente?

Nadie puede negar que estamos viviendo el momento más importante de la astronomía exoplanetaria. Todos los días hay alguna noticia nueva relacionada con el descubrimiento de algún planeta fuera de nuestro sistema solar, algún nuevo dato sobre la posible composición de la atmósfera de un cuerpo situado a decenas sino cientos de años luz de nuestra Tierra, hallazgos de mundos cada vez más parecidos al nuestro, dentro o fuera de la zona habitable de sus estrellas,….

Toda esta explosión de datos se la debemos, fundamentalmente, al telescopio espacial Kepler, al COROT y a algunos observatorios en la superficie terrestre que colaboran corroborando los descubrimientos o haciendo nuevos.Es tal la progresión que quizás el número de exoplanetas conocido haya aumentado de aquí a que termines de leer el post.

orrerypub

algunos de los sistemas planetarios conocidos hasta la fecha

Toda este caudal de información nos lleva a reflexionar sobre lo fácil que la naturaleza crea planetas. Teniendo en cuenta que acabamos de empezar a mirar en un pequeño y reducido espacio de nuestro vecindario cósmico, con unos medios que distan mucho de lo que realmente los límites de la física nos permiten. Ascendiendo, solo desde 2009 y solo por el Kepler , el número de candidatos a más de 3.000. Son muchas pistas que nos indican que los planetas en el universo son algo muy común.

Ahora mismo existen dos grandes teorías acerca de la formación planetaria. Una es llamada acreción de núcleo donde pequeños objetos se combinan para formar otros más grandes, la otra se conoce como inestabilidad gravitacional y es justo al contrario de la anterior, grandes nubes de gas y polvo se fragmentan en pequeñas partes.

Estos dos modelos son los que nos basamos por ahora, pero se intuye que existen muchos otros procesos que influyen en su formación. Sería lógico pensar que el modelo de acreción es el más común para formar planetas rocosos y los gaseosos vendrían como resultado de la inestabilidad gravitacional, y esto es algo que no siempre se cumple.

Construir planetas rocosos y hacerlo con la prevalencia con la que estamos viendo que existen es exigir demasiado a la teoría de acreción de núcleos. Hay que empezar con granos de polvo de tamaño mucho menor que un metro y terminar con un planeta entero, encima estas partículas deben enfrentarse al viento que forma el gas de sus proximidades, lo que puede hacer todo este proceso mucho más lento y costoso. Debe haber cosas que se nos escapan, lo que estamos observando nos dice que así debe ser. No es posible que se formen planetas de tipo rocoso tan rápido (como ya vimos en un post anterior dedicado a las enanas rojas y sus mundos habitables ) y de forma tan común solo siguiendo este modelo.

Kepler está destrozando nuestro ideal de sistema solar a medida que avanza en sus descubrimientos. Ya no hablamos solamente de los modelos de formación planetaria, es que al ver los sistemas planetarios que hay alrededor nuestro nos damos cuenta que el nuestro no parece ser «normal».

La mayoría de sistemas extrasolares tienen un gigante gaseoso muy cerca de la estrella madre, mucho más cerca que los planetas rocosos del mismo sistema. Es como si en el nuestro un enorme Júpiter orbitara a una distancia mucho menor que nuestro Mercurio y que luego, a mayor distancia, aparecieran planetas como Venus y la Tierra. No somos un ejemplo a seguir en nuestro vecindario cósmico.

extrasolares

algunos ejemplos de sistemas extrasolares descubiertos comparados con el nuestro

De lo único que estamos seguros es que al universo le gustan los planetas, es un paso más de su natural evolución. Además, nos damos cuenta que los forma con una facilidad asombrosa, son tan comunes como lo puede ser la formación de galaxias o el estallido de supernovas, solo que hay procesos en el cosmos que nos es más fácil de observar.

La nueva generación de telescopios está llamada a arrojar un poco más de luz sobre el tema, consolidando algunas de las teorías que hoy damos como válidas y maltratando otras. Solo tenemos unos pocos conceptos claros por ahora, al universo le encanta formar planetas, le encanta crearlos de todas los tamaños y a todas las distancias de varios tipos de estrellas, quizás al universo le gusta formar vida.

Fuente: astrobites.org