El telescopio espacial Kepler captura la primera onda de choque de una supernova

La misión extendida del telescopio espacial Kepler está siendo mucho más fructífera de lo esperado. 

Esta vez el logro obtenido no tiene nada que ver con su incansable búsqueda de exoplanetas. Lo que ha conseguido ver Kepler es la primera onda de choque que se genera justo al comienzo de la explosión de una supernova

En este caso la estrella observada ha sido KSN2011d, una gigante roja 500 veces mayor que nuestro sol situada a 1.200 millones de años luz. Lo que se ha visto es la muerte de una estrella desde sus primeros pasos. La explosión de una supernova de tipo II, como es la de este caso, comienza cuando la estrella se queda sin combustible causando el colapso de su núcleo debido a las enormes fuerzas gravitatorias de todas sus capas. 

En el gráfico que abre el post podemos observar la curva de luz de la moribunda estrella. Debido a que es una gigante roja su brillo es de unas 20.000 veces el de nuestro sol. De repente los fotómetros del Kepler captan un súbito aumento en la curva de brillo, la primera explosión de la gigante provoca un estallido de luz equivalente a 130.000.000 veces el brillo de nuestro Sol. 

Curva de luz de una supernova tipo II captada por el Kepler (NASA Ames)

Esa primera explosión solo duró 20 minutos y es la expulsión de las capas externas que han caído sobre el núcleo debido a la fuerza de la gravedad, a la que ya no se opone ningún tipo de fusión nuclear. Luego la curva sigue creciendo hasta llegar a ser 1.000.000.000 de veces más brillante que el sol. 

Nadie sabe cuando una estrella va a convertirse en una supernova, por lo tanto captar un evento que solo dura unos 20 minutos solo puede conseguirse a través de una monitorización continua del astro. Esto es lo que ha conseguido Kepler, abriendo una nueva puerta al estudio de la formación de las supernovas… eventos que significan la muerte de una estrella y también la diseminación de elementos pesados fundamentales para la vida.

Fuente: Nasa news