La cápsula Orión no nos va a llevar a Marte

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Empiezo a escribir este post días después del primer test de vuelo de la cápsula Orión. En el primer intento el viento reinante en la zona de despegue, un barco que invadió la zona de seguridad del lanzamiento y un problema con el sellado de unas válvulas impidieron que se relizara el primer, y quizás, último vuelo de la nave espacial. Al día siguiente todo marchó según lo esperado. La cápsula se alejó a una distancia de 5790 kilómetros de nuestro planeta, algo que una nave pensada para ser tripulada por humanos no hacía desde la época de las misiones Apolo. Posteriormente reentró en nuestra atmósfera 4 horas y 13 minutos después, a una velocidad de 8,9 km/s para terminar amerizando cerca de la costa californiana.

En todos los medios veo que se vende este lanzamiento como el primer paso hacia la llegada del hombre a Marte, que es el primero de una serie de lanzamientos y misiones que nos llevarán a explorar más allá de la órbita baja terrestre… y esto no es así.

Los que seguis el blog conocéis mi entusiasmo por la exploración espacial, incluso este vuelo es seguido con interés y con ganas de que resulte un éxito, pero la realidad es otra.

Se ha invertido mucho en la construcción de la cápsula, Estados Unidos necesita dar un puñetazo en la mesa para volver al panorama espacial. Rusia es la única nación capaz de llevar seres humanos a la Estación Espacial y China lleva un crecimiento exponencial en su programa espacial asombroso, tanto que ya están planeando sus primeras colonias en la luna y algún rover para la superficie marciana.

Pero volvamos al tema de la Orión y la NASA. Me sorprende como en apenas unos meses la situación ha cambiado drásticamente. De unos informes catastróficos sobre el futuro de la agencia, de no tener un duro para ni siquiera mantener dos misiones como la sonda Cassini o el legendario Opportunity, a esto…

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Es la hoja de ruta que nos va a llevar, en 2030, a poner un pie sobre la superficie marciana… Hay de todo, los dos SLS (Space Launch System), viajes a asteroides acercados con anterioridad por otra sonda de la que solo se sabe el nombre, rutas a las lunas de Marte y una flecha que apunta a la roja y árida corteza marciana como objetivo final.

Mi deseo es que todo este gráfico se cumpla, deseo estar equivocado en mis planteamientos, y espero volver a este post en unos 16 años y tener que tragarme una por una las frases que en él he puesto.

Pero la realidad es otra.

El superlanzador de la NASA, el SLS, la versión gigante del Saturno V que nos llevó a la Luna, simplemente no existe. En ninguna de sus dos versiones, no existe. El próximo vuelo de la cápsula Orion será en 2017 o en 2018, ya no utilizará el Delta IV- Heavy, lo hará en el Space Launch System, si tal cohete existe por esas fechas.

Además hay otros datos que invitan a no confiar mucho en toda esta ola de optimismo. El Curiosity lo ha dejado bien claro, el viaje a Marte es una trampa mortal para un organismo tan frágil como el ser humano. ¿Dónde están las inversiones en las nuevas tecnologías que nos protegerán de la radiación equivalente a un scanner completo diario sólo durante el viaje? ¿Dónde los nuevos sistemas de propulsión que acorten la duración de la expedición para reducir la exposición? ¿La investigación en los sistemas de habitabilidad que se usarán en la superficie marciana? ¿Los mecanismos para reducir el impacto de la microgravedad en nuestros huesos o nuestros corazones? ¿O acaso el mayor viaje de descubrimiento y exploración en la historia de la humanidad va a ser simplemente montar a cuatro seres humanos en un cajón acolchado y lanzarlos a ver qué pasa?

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Quizás no debería publicar este post. Es un esfuerzo mal dirigido y sin apenas viabilidad el que ha iniciado la NASA, pero también es el único que, por ahora, existe (no Mars One no existe), pero ver en pleno siglo XXI como una versión vitaminada de la cápsula Apolo descendía lentamente sobre el océano con el único freno de unos bonitos y elegantes paracaídas, tal como las imágenes de los años 70 nos mostraban, ha podido conmigo.

Deseo estar equivocado, como ya he dicho antes, y que en tres años la Orion parta a bordo del SLS a darse una vuelta por las cercanías del sistema Tierra-Luna, y aún más deseo que en el 2030 aterrice sobre no se cual océano marciano (digo yo que no se atreverán a descender con paracaídas sobre las duras rocas marcianas cual Sojourner). Pero es que el futuro no era esto…

Pd: que dicen en foros y demás mentideros que el Universo no está hecho a escala del ser humano. Quizás, pero el Sistema Solar si. Y si aún permanecemos en la órbita baja de nuestro planeta (y con esfuerzo) es porque no hay voluntad de ir a ningún otro sitio. Como ya he comentado por ahí, cuando el ser humano decida realmente explorar e investigar su vecindario no habrá rincón del Sistema Solar que escape a su alcance. Con la voluntad política y social actual no saldremos jamás de nuestra órbita, incluso si mañana una Soyuz explota… ni eso…

La sección de exploración planetaria de la NASA agoniza

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Un niño de 6 años acaba de enviar una petición al gobierno de los Estados Unidos de América con el siguiente encabezado «Increase NASA funding. So we can discover new worlds, protect us from danger and to make dreams come true. CJ, Age: 6.5»

«Incrementen los fondos de la NASA. Así podremos descubrir nuevos mundos, protegernos de amenazas y hacer los sueños realidad. CJ, edad: 6.5». Esto es lo que viene a decir la petición online que ha iniciado Connor Johnson. Está dirigida directamente a la Casa Blanca y necesita 100.000 firmas para que la administración de Obama tenga la obligación de contestarle.

El gobierno de Obama está aniquilando a la agencia espacial lentamente, la NASA está agonizando sin grandes titulares en la prensa ni en medios especializados. Los recortes al presupuesto hacen que su supervivencia sea totalmente inviable.

Un comunicado de la NASA emitido el 3 de Diciembre resume la gravedad de la situación. En el mismo se confirma que no se ofertarán becas de análisis e investigación para el año 2014. Es decir, la agencia no necesita investigadores ni trabajadores dedicados a analizar los datos que provienen de las múltiples misiones en funcionamiento y tampoco necesita (y esto es más grave aún) personal para el diseño de futuros proyectos… Resumido más todavía, esto se acaba.

A corto plazo la sección más amenazada es la dedicada a la exploración planetaria. En estos momentos nuestro sistema solar está repleto de sondas que están explorando por nosotros nuestro pequeño rincón del Universo en que vivimos.

Hay orbitadores y rovers mandando valiosos datos y hermosas imágenes desde nuestro vecino Marte, intentando comprender la complejidad de un mundo que en un pasado albergaba enormes oceános y ríos, un mundo donde quizás surgió la vida y donde puede que aún resista a pesar de las condiciones extremas actuales.

La sonda Cassini lleva años explorando Saturno y sus lunas, mandado ingentes cantidades de megabytes que hablan sobre uno de los lugares más bellos de nuestro Sistema Solar. Estos datos nos cuentan historias sobre pequeñas lunas repletas de materiales orgánicos (sustancias precursoras de vida), mundos salpicados por mares y ríos rodeados de densas atmósferas, otros con superficies heladas que quizás encierren oceános de agua líquida subterráneos y de los que escapan enormes geíseres con materia orgánica.

Sondas establecidas en Mercurio y en nuestro satélite natural. Sondas en ruta hacia Júpiter y Plutón. Decenas de telescopios como el Hubble escaneando todo el universo observable y obteniendo las imágenes más hermosas que los humanos hemos visto hasta la fecha del Cosmos (no hablamos del conocimiento aportado a la astronomía porque no cabría en este post). Sondas como SOHO y STEREO que monitorizan nuestra estrella madre las 24 horas del día. Una Estación Espacial continuamente habitada los 365 días del año que está sirviendo como enorme punto de partida para que el ser humano colonice otros mundos diferentes al que le vió nacer…

Un enorme despliegue de lo que significa la ciencia y el progreso humano que llega a su fin. Con estos presupuestos, por ejemplo, en el año 2015 tendremos que decidir si apagar al Curiosity o a la sonda Cassini, y se tendrá que tomar una decisión porque no hay dinero para mantener las dos misiones a la vez.

De aquí al 2020 solo están programadas tres grandes misiones, entre las que se encuentra un rover gemelo al Curiosity que irá al planeta rojo con casi la misma tecnología y piezas duplicadas del primero.

Y a partir del 2020, silencio. El más absurdo y vergonzoso apagado tecnológico. No hay dinero para mantener una enorme estación orbital, no hay presupuesto para el monstruoso lanzador SLS (y aunque se construyera no tiene donde ir, no hay ningún objetivo actúal, y no digáis lo de recoger el asteroide), la cápsula tripulada Orion con grandes retrasos en su construcción y con el único objetivo de dar una vuelta por la cara oculta de la Luna y volver rápidamente a casa…

Y más allá del cinturón de asteroides que separa Marte de Júpiter no tenemos nada proyectado, y cuando digo nada significa nada, y aunque se diseñara no hay combustible en forma de plutonio para resistir las duras condiciones del sistema solar exterior.

Seguid soñando con hombres pisando la superficie marciana en 2030, o con encontrar los primeros signos de vida fuera de nuestro planeta en lunas como Europa o Titán. En unos pocos años miraremos en una pantalla de ordenador enormes fotos panorámicas del cráter Gale y sentiremos vergüenza.

Yo por lo menos si.

Links:
http://www.slate.com/blogs/bad_astronomy/2013/12/08/planetary_exploration_bill_nye_s_open_letter_to_president_obama.html

http://www.whatsupthespaceplace.com/2013/12/thank-you-nasa.html?m=1

http://www.scientificamerican.com/article.cfm?id=nasa-funding-shuffle-alarms-planetary-scientists&WT.mc_id=SA_sharetool_Twitter

Pd: lo del niño está puesto porque es la única iniciativa que conozco dirigida a la administración Obama. Si hay más ponedlo en los comentarios. Gracias.