Un aparato similar a los detectores de explosivos podría ayudar a encontrar vida en Marte

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Un instrumento similar a los detectores que se usan en los aeropuertos para detectar explosivos puede ayudarnos a encontrar trazas de vida en el planeta rojo.

Los últimos estudios realizados por los componentes de la misión ExoMars, que será lanzada a Marte en 2018, sostienen que el espectrómetro de Raman que portará la sonda será capaz de buscar signos de vida en la superficie incluso si ha sido aniquilada por elevadas dosis de radiación.

Según resultados presentados el 9 dd Septiembre en el Congreso de Ciencia Planetaria, el instrumento podría ser capaz de ver como cambian las emisiones de una supuesta bacteria marciana a medida que es expuesta a mayores dosis de radiación.

Marte no posee de una atmósfera o un campo magnético capaz de proteger a la superficie de la radiacion proveniente del espacio exterior. Esto supone un gran problema para cualquier tipo de vida que pretenda evolucionar en un ambiente tan hostil.

El aparato en cuestión es capaz de detectar detalles de los minerales que componen las rocas, pero también es capaz de detectar moléculas orgánicas y signos de vida.

Los astrobiólogos han trabajado con modelos de bacterias que podrían asemejarse a los que se podría enconrar en un ambiente como el marciano. Las sometieron a altas dosis de radiación similares a las que ha medido el Curiosity en superficie y descubrieron que el espectrómetro podía detectar la presencia de carotenoides en las bacterias, una tipo de molécula muy usada por los microorganismos para defenderse de ambientes hostiles.

El objetivo de los investigadores es encontrar un biomarcador fiable que podamos identificar y que además no sea destruido por la intensa radiación marciana. Algo que nos de pistas sobre una pasada o presente vida marciana.

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Nebulosas planetarias alineadas entre si

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Estrellas como nuestro Sol, cientos de ellas situadas en el centro de nuestra galaxia, acabando sus ciclos vitales y expulsando sus capas más externas hacia el vacío estelar. Muchas de ellas son los objetos más bonitos que pueden contemplarse en nuestro firmamento y en especial las nebulosas en forma de ala de mariposa.

Más de 100 nebulosas de este tipo han sido estudiadas por el NTT (New Technology Telescope) y el Telescopio espacial Hubble.

Y el resultado ha sido sorpredente.

¿Quién podía imaginar que nebulosas, formadas a años-luz unas de otras, sin ningún tipo de relación en su origen o desarrollo, tuvieran sus ejes alineados a lo largo del plano de nuestra galaxia?

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Sistemas estelares simples o binarios, seguramente rodeados de numerosos planetas cuyo final habrá ido unido al de su estrella materna. Eligiendo una misma orientación para extender su preciado contenido, es un espectáculo con el que no contábamos.

«El alineamiento que vemos en estas nebulosas bipolares indica algo extraño sobre los sistemas estelares del interior del centro de la galaxia», explica Rees. «Para que se hayan alineado de la forma en que lo han hecho, el sistema estelar que formó estas nebulosas debería haber estado rotando en perpendicular a las nubes interestelares que a su vez las formaron, lo cual es muy extraño».

El hecho de que estos alineamientos se den en la protuberancia central de la galaxia puede dar alguna pista de su origen. Toda esta protuberancia rota alrededor del centro de la Vía Láctea, los astrónomos sugieren que el ordenado comportamiento de las nebulosas planetarias podría estar originado por la presencia de fuertes campos magnéticos generados durante la formación de la protuberancia central.

Este tipo de nebulosas solo tienen este comportamiento en las proximidades del centro galáctico, no se alinean en las zonas más periféricas de nuestra galaxia, fuera de la influencia de campos magnéticos muchos más fuertes se expanden en diferentes direcciones sin ningún patrón reconocible.

Si las fuerzas magnéticas predominan sobre las gravitatorias en los núcleos galácticos puede que tengamos que reescribir muchas hipótesis sobre la formación y desarrollo de nuestra propia Vía Láctea.

Fuente: ESO

Cuatro lugares finalistas para el aterrizaje de InSight, la próxima sonda marciana en 2016

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La NASA ha reducido a cuatro el número de lugares para el aterrizaje de la próxima misión a la superficie marciana, la sonda InSight que en 2016 estudiará el interior del planeta.

InSight será lanzado en Marzo de 2016 y se prevee su llegada a Marte 6 meses después. Tocará superficie en alguno de los cuatro sitios recién seleccionados de un abánico previo de 22 candidatos. Todos los lugares finalistas están localizados alrededor de una planicie situada en el ecuador marciano llamada Elysium Planitia, formando una elipse de 130 kilómetros de este a oeste y 27 kilómetros de norte a sur. En un 99% de probabilidades la sonda aterrizará dentro de estos límites.

Entre los criterios de seleccción han primado la seguridad de la misión y las características del terreno con pocas rocas, poca pendiente y un terreno blando que favorezca el trabajo bajo superficie de la sonda.

La misión intentará arrojar luz sobre los procesos que formaron y modelaron Marte y ayudará a comprender mejor la evolución de los planetas rocosos interiores del sistema solar (entre los que nos encontramos).

La planicie de Elysium asegura las horas de sol necesarias para mantener con suficiente energía a la sonda que llevará paneles solares, su situación en el ecuador del planeta favorece usar esta fuente de energía, además la baja elevación del terreno permite que el proceso de aterrizaje sea más seguro al haber más atmósfera para usar los paracaidas.

InSight también necesita un terreno que no ofrezca mucha resistencia para la perforación para poder liberar la sonda que portará capaz de medir el calor del interior del planeta, también se liberará un sismómetro.

Pronto sabremos el lugar elegido para el próximo reto de la exploración planetaria.

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Un exoplaneta con una atmósfera rica en agua

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Un planeta solo 2,5 veces mayor que nuestra Tierra, situado a 40 años-luz, con una atmósfera rica en agua… Parece el inicio de un relato de ciencia-ficción, pero no lo es. Es una noticia a día de hoy, 4 de septiembre del año 2013, es la prueba de que nuestra tecnología está pasando de la niñez a la adolescencia,… es increíble.

Un equipo japonés de astrónomos y científicos planetarios han usado las cámaras Suprime-Cam y la cámara FOCAS (Faint Object Camera and Spectrograph) con un filtro de transmisión azul para observar el tránsito planetario de la super-Tierra Gliese 1214 b.

Iban buscando hidrógeno y encontraron una atmósfera dominada por dicho elemento, este hallazgo unido a otras observaciones en diferentes espectros sugiere que el agua está muy presente en la atmósfera del planeta.

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Las Super-Tierras están tomando fuerza dentro de la exoplanetología. Su masa y su radio es mayor que el de nuestro planeta, pero menor que gigantes como Urano y Neptuno, aún no se sabe si sus características se aproximan más a planetas rocosos como el nuestro o a gaseosos como los situados en el exterior de nuestro sistema solar.

El planeta Gliese 1214b es uno de los más estudiados desde su descubrimiento en 2009 por Charbonneau dentro del proyecto MEarth, centrado en encontrar mundos habitables alrededor de estrellas cercanas. Está en el límite interno de la zona habitable de su estrella, algo que podría cambiar por el efecto invernadero de su atmósfera, albergando agua en estado líquido en su superficie.

Este tipo de planetas se desarrollan en un disco protoplanetario que rodea una joven estrella, el elemento mayoritario en estas densas nubes de gas es el hidrógeno al cual se le une el agua en estado sólido en las regiones más externas, las situadas más allá de la llamada «snow-line». Este tipo de super-tierras pueden formarse en lugares alejados a su estrella madre y después migrar hacia órbitas más cercanas.

Por ahora solo conocemos un pequeño número de este tipo de planetas pero está situación va a cambiar cuando el satélite TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite) comience a rastrear pequeños exoplanetas orbitando alrededor de nuestros vecinos estelares.

Imaginaros el TESS combinado con el telescopio espacial Webb analizando sus atmósferas, y el TMT (el futuro telescopio en superficie de 30 metros de espejo) escrutando biomarcadores en Tierras dentro de la zona habitable. Algunos expertos creen que se en un par de décadas podremos afirmar que existe vida en al menos dos exoplanetas.

Increíble…

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Fuente: Subaru Telescope

ALMA abre una nueva ventana al universo

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El observatorio ALMA acaba de ampliar nuestra mirada hacia el cosmos, más concretamente la frecuencia situada en los 500 GHz.

Basándose en las observaciones en alta resolución del interferómetro se ha podido sintetizar la distribución del carbono alrededor de la nebulosa NGC 6302 (en amarillo en la imagen que abre el post). Esta es la primera imagen capturada en alta resolución en esta frecuencia.

ALMA tiene 10 receptores para cubrir un amplio rango de frecuencias observadas. Cada una de las antenas de este gigante complejo están equipadas con receptores equipados para cada tipo de frecuencia. Los datos se han obtenido en la banda 8 que van desde los 385 hasta los 500 GHz.

El receptor que actúa en la banda 8 cubre un amplio rango de líneas de emisión provenientes de varios átomos y moléculas. Entre ellas, uno de los objetivos más atractivos es la emisión del carbono situada en los 492 GHz.

El principal componente de las nebulosas es el hidrógeno, el carbono solo representa 1/3000 de ese hidrógeno, aún así es el tercer elemento más abundante del universo.

La observación del carbono es fundamental para la entender la química del universo ya que muchas de las moléculas complejas derivan de las reacciones entre átomos de carbono y otros como el oxígeno y el hidrógeno.

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El observatorio ALMA es un sistema de 66 antenas parabólicas de 7 y 12 metros en promedio que no funcionan como telescopios ópticos tradicionales, sino como radiotelescopios, es decir, son capaces de detectar las longitudes de onda milimétricas y submilimétricas, aproximadamente mil veces más largas que la luz visible. Las señales son recibidas por un superordenador que combina y compara todas las informaciones y se emplea como un telescopio gigante.

El dañado telescopio espacial Kepler puede seguir buscando exoplanetas

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Acaba de ser aceptado un artículo en arxiv.org donde se demuestra que el malogrado telescopio espacial Kepler, con solo 2 de sus 4 giroscopios activos, que reducen significativamente su capacidad de mantenerse estabilizado mientras estudia nuevos objetivos, podría ser capaz de detectar un tipo de exoplaneta muy concreto.

El nuevo objetivo de Kepler se centraría en la búsqueda de exoplanetas que estuvieran orbitando alrededor de la zona habitable de Enanas Blancas.

Una gran parte de enanas blancas podrían albergar planetas en sus zonas habitables. Este tipo de planetas son el mejor objetivo para detectar biomarcadores gracias al pequeño ratio existente entre el tamaño de este tipo de estrellas y los planetas de radio similiar a la Tierra.

Una vez identificados, el futuro telescopio espacial James Webb sería capaz de obtener las primeras medidas espectroscópicas de estos teóricos mundos analizando las sustancias químicas.

Un equipo de astrónomos de diferentes Universidades proponen obtener la fotometría de 104 enanas blancas al mismo tiempo, algo que no sería problema debido al gran campo de visión del Kepler.

Según sus cálculos necesitarían 200 días de tiempo de observación, estimando en 100 los exoplanetas que podrían hallarse en la zona habitable de este tipo estelar.

Con pocos días de observación y manteniendo pocos minutos el telescopio estable para obtener la curva del tránsito se podría explorar toda una zona del espacio de la que no se tiene dato alguno.

A parte de la búsqueda planetaria se podrían aprovechar los datos para profundizar en el estudio de las enanas blancas pulsátiles y su relación con la aparición de supernovas tipo Ia.

El poco tiempo que supondría al Kepler estas observaciones permitiría combinarlo con otras propuestas para aprovechar esta excelente pieza de ingeniería que tanto ha aportado a la astronomía de nuestro siglo. Y lo que puede seguir aportando.

Fuente: arxiv.org