Has nacido demasiado tarde para explorar la Tierra y demasiado pronto para explorar las estrellas

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Acabo de leer un pequeño post que comenzaba con esta dura afirmación, «You were born too late. You will never explore Earth. You were also born too early. You will never explore the stars.”

La traducción la tenéis en el título del post. Según esto somos una generación perdida en medio de dos grandes eras de exploración.

El autor rebate esta posición pesimista alegando que casi el 95% de los océanos son superficies que aún no conocemos y que todos los días se descubre alguna especie de ser vivo en cualquier rincón del mundo (esta parte no se la voy a discutir) pero luego habla sobre la exploración espacial y marca como grandes retos de nuestra generación el proyecto Mars One y la Spaceship Two de la compañía Virgin… y entonces es cuando empiezo a creer que quizás si que seamos una generación perdida…

Datos y más datos sobre el ilusionante proyecto de llevar toda una colonia a Marte a partir de 2025, miles de voluntarios apuntados, proyectos de infraestructuras que permitan sobrevivir al ser humano a la duras exigencias del planeta rojo… Luego las bondades de el turismo espacial a cargo de la nave abanderada de la compañía Virgin…

No existe nada de eso. Solo prototipos en el caso de la Spaceship Two que ya va generando un retraso importante año a año(y de todas formas es un vuelo suborbital) y de la colonia de Mars One solo existen varias diapositivas en powerpoint. Solo eso.

Podríamos ser más rigurosos y extender la mirada a otros proyectos públicos o privados a lo largo de nuestro planeta. Pero la visión es descorazonadora. Tenemos la Nasa totalmente en quiebra con el proyecto de un super lanzador, el SLS, que quizás nunca vea la luz y además se lleve por delante a la propia agencia. Un lanzador sin ninguna misión asignada (lo del asteroide suena a chiste) y con un plan de vuelo de una o dos misiones al año, algo insostenible para el menguante presupuesto que está devorando.

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Tenemos a la iniciativa privada como la ilusionante Space X cuyos avances están siendo enormes en muy poco tiempo. Lanzadores como el Falcon Heavy son una gran noticia para el panorama aeronáutico. Pero es más de lo mismo, hace 40 años ya teníamos uno muchísimo más potente llamado Saturno V, que lo mismo os suena.

Nuestra generación se ha estancado en los primeros pasos hacia el Cosmos. Apenas dos naciones, Rusia y China, tienen capacidad para colocar humanos en la órbita baja. Tenemos una estación espacial de 15 años de antigüedad en esa misma órbita y una serie de sondas explorando el sistema solar que no van a ser reemplazadas en su gran mayoría gracias a los bestiales recortes que sufre la agencia espacial norteamericana.

No sé que pensáis vosotros pero creo que la afirmación con la que abría el post en parte es cierta.

Nos hemos frenado en seco a la hora de comenzar nuestro viaje de exploración estelar. Y no solo eso, no estamos haciendo nada para que, al menos, la siguiente generación tenga una base sobre la que impulsarse, y aún más, estamos destrozando la poca que teníamos nosotros.

Muchas palabras y proyectos sobre el viaje tripulado a Marte para 2025-2030 cuando no estamos inviertendo ni un solo céntimo en las tecnologías que necesitaremos (y que ahora no tenemos) para asentarnos.

No existe un lanzador capaz de llevarnos más allá de unos centenares de kilómetros más allá de nuestra atmósfera, no existen las tecnologías necesarias para proteger a la tripulación de la radiación cósmica que bombardearía su desprotegido ADN durante los 6-9 meses de viaje (con los sistemas de propulsión idénticos a los de la década de los 70 que ahora poseemos). Soporte vital, comunicaciones,… sin hablar de cómo mantenerlos con vida en un entorno tan hostil como el marciano.

Y eso si hablamos del planeta más cercano, no estamos en disposición de imaginar una expedición al sistema solar exterior, no al menos en este siglo.

A principios de los 70 todo parecía que iba a ser diferente. ¿Qué van a escribir los libros de historia sobre nosotros?

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De cómo Europa y Titán dan fe de que somos una raza en decadencia

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mosaíco que muestra la totalidad de los lagos y mares del hemisferio norte de Titán. un click para ampliar

Esta semana que ahora acaba ha sido prolífica en noticias y nuevos descubrimientos sobre dos de las lunas más apasionantes que existen en nuestro Sistema Solar, la helada luna de Júpiter conocida como Europa y Titán el mundo de los lagos de metano y bellas líneas de playa que orbita Saturno.

Las noticias que nos van llegando son asombrosas, cada nuevo descubrimiento es más asombroso que el anterior. Nuestra civilización está observando con los brazos cruzados como de un hermoso mundo helado con un increíble océano interior de agua líquida surgen enormes géiseres de vapor de agua a través de fisuras en su espesa corteza de hielo que alcanzan los 200 kilómetros de altitud. Es agua expulsada desde el polo sur de Europa a unas velocidades cercanas a los 2500 kilómetros por hora. Esos jets tienen que surgir de sitios donde haya ingentes depósitos de agua almacenada. A eso le podemos añadir los datos que aportábamos en la anterior entrada que confirmaban la presencia de materiales arcillosos en la ciertos lugares de la superficie, probables materiales orgánicos paseándose por delante de nuestras sondas,…

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Recreación de las eyecciones de vapor de agua desde la luna Europa

 

Al mismo tiempo nos llegan imágenes como la que abren el post, los mares y lagos de la luna Titán a una resolución nunca vista con anterioridad. Vistas del único mundo que posee formaciones líquidas estables en su superficie a parte de la Tierra. Un satélite repleto de materiales orgánicos (precursores de la vida) en estado sólido, líquido y gaseoso, interrelacionándose entre si, formando un verdadero ciclo cerrado similar al del agua en nuestro planeta, con lluvias, ríos, inundaciones, subidas y bajadas en los níveles de dichos mares, hermosas líneas de costa que nada tienen que envidiar a las nuestras…

Uno de los mares de Titán, conocido como Ligeia Mare, tiene 170 metros de profundidad según las nuevas mediciones obtenidas gracias a los últimos vuelos de la sonda Cassini ( la misma que quieren apagar en 2015 por falta de presupuesto). La nueva técnica con la que se ha medido la profundidad de este mar ha permitido obtener otro dato asombroso, la masa líquida de Titán podría ascender a 9.000 kilómetros cúbicos de hidrocarburos, unas 40 veces las reservas existentes en nuestro planeta.

Todos estos datos son solo una parte de los miles que poseemos acerca de dos lunas donde la vida puede estar presente en estos momentos, vida fuera de nuestro planeta coexistiendo con nosotros, quizás pequeños microorganismos muy parecidos a los existentes en nuestro planeta o quizás totalmente diferentes. Quizás provenientes de alguna colisión de un trozo cargado de vida de nuestro propio planeta o quizás producto de una evolución totalmente diferente a cualquier proceso ocurrido en el sistema solar, una evolución única y maravillosa.

Hace 500 o 1000 años, por muchos menos datos que los que se nos presentan ahora, nos hubiésemos lanzado sin pensarlo dos veces al descubrimiento y exploración de estos nuevos mundos. Los humanos que dieron el salto de las sabanas africanas, donde crecimos como especie, hacia territorios no explorados fuera de su hogar no sabían lo que les esperaba, el resultado fue una especie que se extensión por todo el territorio no inundado del planeta. Los exploradores que partieron de Europa en busca de nuevas rutas comerciales y nuevos territorios que conquistar no sabían ni que rumbo tenían que seguir, no sabían si sus provisiones iban a ser suficientes, no sabían si iban a regresar.

Todo eso se ha perdido. Tenemos la tecnología suficiente como para explorar dos territorios que quizás cambien para siempre nuestra perspectiva sobre el Universo y nuestro lugar en él. Podemos inundarlos de sondas robóticas, tenemos capacidad de avanzar nuestra tecnología en 20-30 años lo suficiente como para poner representantes de nuestra especie en su superficie. Pero no lo vamos a hacer.

Hace muchos años un astrónomo y divulgador que varias veces ha sido nombrado en este blog sugirió que las especies que pierden la capacidad de explorar y de asombrarse ante el conocimiento están destinadas a desaparecer.

A principios del siglo XXI somos un planeta en crisis tanto económica como de valores, nuestros objetivos como especie se fijan (por término medio) con vistas a cuatro años (lo que dura un periodo de elecciones en los distintos gobiernos democráticos del mundo), ya no hay grandes empresas que impliquen a varias generaciones, ya no hay grandes objetivos donde podamos demostrar lo que somos capaces de hacer. Nuestros objetivos se centran en el rendimiento inmediato, cosa que explica el porque disciplinas como la ciencia, necesitada de tiempo e inversión para dar frutos, es machacada y ultrajada por nuestros gobernantes hasta verse reducida a la más mínima expresión.

Nos hemos convertido en una raza acomodada, nos han abierto una enorme ventana al Cosmos que nos rodea y la hemos tapiado rápidamente. Estamos observando los principios fundamentales que dieron lugar a la vida en nuestro planeta hace miles de millones de años en otros mundos y lo único que se nos pasa por la cabeza es cancelar las misiones que lo están estudiando, amén de no permitir que se presupueste ni una sola nueva para los próximos 15-20 años.

Si son gastos y visiones de científicos incapaces de ver la realidad que nos rodea… (mirar las veces que se ha dicho ese tipo de frases a lo largo de la historia y de paso observad el puesto que el paso de los años ha reservado a las que las pronunciaron)

Somos la forma que el Universo tiene de conocerse, no lo estamos haciendo bien…

PD: Un pequeño paseo virtual por la tierra de los lagos del hemisferio norte de Titán. Lugar que no queremos investigar.

– Imagen directa de los «chorros» de Europa.

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#NoSinEvidencia

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Desde la más profunda defensa al método científico y el rechazo a la superchería y el engaño Milesdemillones se adhiere a esta iniciativa.

Manifiesto

La evidencia científica es uno de los pilares sobre los que se asienta la medicina moderna. Esto no siempre ha sido así: durante años, se aplicaron tratamientos médicos sin comprobar previamente su eficacia y seguridad. Algunos fueron efectivos, aunque muchos tuvieron resultados desastrosos.

Sin embargo, en la época en la que más conocimientos científicos se acumulan de la historia de la humanidad, existen todavía pseudo-ciencias que pretenden, sin demostrar ninguna efectividad ni seguridad, pasar por disciplinas cercanas a la medicina y llegar a los pacientes.

Los firmantes de este manifiesto, profesionales sanitarios y de otras ramas de la ciencia, periodistas y otros, somos conscientes de que nuestra responsabilidad, tanto legal como ética, consiste en aportar el mejor tratamiento posible a los pacientes y velar por su salud. Por ello, la aparición en los medios de comunicación de noticias sobre la apertura de un proceso de regulación y aprobación de medicamentos homeopáticos nos preocupa como sanitarios, científicos y ciudadanos, y creemos que debemos actuar al respecto. Las declaraciones de la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) asegurando que “no todos los medicamentos homeopáticos tienen que demostrar su eficacia” y que “la seguridad no se tiene que demostrar con ensayos clínicos específicos” no hacen sino aumentar nuestra preocupación.

Por lo tanto, solicitamos:

1.Que no se apruebe ningún tratamiento que no haya demostrado, mediante ensayos clínicos reproducibles, unas condiciones de eficacia y seguridad al menos superiores a placebo. La regulación de unos supuestos medicamentos homeopáticos sin indicación terapéutica es una grave contradicción en sí misma y debe ser rechazada. Si no está indicado para nada ¿para qué hay que darlo?.

2.Que la AEMPS retire de la comercialización aquellos fármacos, de cualquier tipo, que pese a haber sido aprobados, no hayan demostrado una eficacia mayor que el placebo o que presenten unos efectos adversos desproporcionados.

3.Que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y el resto de autoridades sanitarias persigan a aquellas empresas que atribuyen cualidades curativas o beneficiosas para la salud a sus productos sin haberlo demostrado científicamente.

4.Que el Consejo General de Colegios de Médicos de España / Organización Médica Colegial, en cumplimiento del artículo 26 del Código de Deontología Médica, desapruebe a los facultativos que prescriban tratamientos sin evidencia científica demostrada.

En respuesta al artículo «¿Podemos parar de hablar de Carl Sagan de una vez?»

1-Carl Sagan (a la sombra de la sabina)

Con fecha de hoy día 13 de Noviembre ha salido un post en el blog de Erin Podolak con el título «Can We Stop Talking About Carl Sagan?» que traducido viene a decirnos algo parecido a que si podemos parar de hablar de Carl Sagan de una vez.

En el título del post está el enlace al artículo para que podáis leerlo y opinar vosotros mismos (está en inglés, un tío que se llama Erin no suele escribir en castellano).

El post se centra en que para él la imagen de Carl Sagan no significa nada para la divulgación científica. Para argumentarlo se basa en que un divulgador de hace 30 años, blanco (no sé porqué insiste tanto en eso), y con unos pocos libros y unas serie de unos pocos capítulos no puede ser considerado uno de los mejores divulgadores científicos de la historia. Según sigue relatando los conceptos que pretendía inculcar se basan en el espacio, la naturaleza y pretender divulgar las maravillas de lo que nos rodea (según quiero entender basándose en el sensacionalismo para llegar a más gente).

El artículo sigue argumentando que Sagan pertenecía a una elite de científicos (otra vez dice que blancos) cuyo legado ha quedado anticuado para las generaciones actuales, según Erin no podemos seguir anclados en el pasado y en nuestros «antiguos héroes de la infancia», necesitamos algo más para seguir adelante.

«The science isn’t going to stop being interesting, it isn’t going to stop being relevant – but if we can’t push our professional conversations and aspirations past Sagan, we will stop being relevant.» así termina el escrito «la ciencia no va a parar de ser interesante, no va a cesar de ser relevante, pero si no podemos sobrepasar a Sagan en nuestras conversaciones profesionales y aspiraciones, dejaremos de ser relevantes».

El artículo está enlazado al principio del post….

Estoy saliente de guardia, una guardia larga y dura, mis niveles hormonales y emocionales me dicen que no conteste ahora al artículo, puede ser que luego me arrepienta, seguro. Es un blog mucho más relevante que un humilde milesdemillones, por eso duele más oír y leer toda esta retahíla de sandeces.

La respuesta al título del post es simple, ¿que si podemos dejar de hablar de Carl Sagan?… NO.

Estoy de acuerdo en que la ciencia avanza, los tiempos cambian, los mensajes se actualizan y, en verdad 30 años son muchos para el mundo de la ciencia y la divulgación. No es bueno tener ídolos sagrados, tanto por el lado religioso como  por el científico, va en contra del método científico, no hay verdades absolutas ni personajes intocables. Todo es modificable y revisable si podemos demostrarlo, los fanatismos de cualquier lado siempre llevan al mismo sitio.

Pero no puedo dejar de escribir unas líneas en contra del anterior manifiesto, yo tenía unos 8 años cuando empecé a ver a aquel hombre con chaqueta de pana y cuellos de jersey altos. No sabía nada más allá de lo que me inculcaban en el colegio y ese hombre me enseñó a pensar. Capítulo tras capítulo me di cuenta que la materia de la que estamos hechos proviene del universo, de gigantes explosiones de supernovas ocurridas hace miles de millones de años. Me di cuenta de lo maravillosa y extraña que es una pequeña roca que gira alrededor de una estrella mediana en el borde del brazo de una galaxia espiral dentro de un cúmulo galáctico sin ninguna característica especial que la distinga de las millones de galaxias restantes.

Aprendí a dudar de todos los dogmas científicos anteriores, por muy establecidos que estuvieran, quería demostraciones no me valía la sentencia «porque siempre ha sido así». Una mentalidad crítica y escéptica que luego me ha servido, y mucho en mi campo profesional y personal.

Aprendí a alejarme de las pseudociencias y de los vendedores de humo que las defienden (en el caso concreto de mi campo profesional no quiero decir lo que piensan algunos defensores de la homeopatía sobre mí).

Visité dunas y arenas de Marte, lagos y océanos de Titán (fue el primero en teorizar sobre su existencia cuando aún no habían sido descubiertos), el infierno de Venus y las primeras hipótesis sobre el efecto invernadero que podían haber causado ese desolador panorama (con sus respectivas consecuencias para nuestro planeta, algo que estamos viendo todos los días). Comprendí que la sinrazón del hombre puede (por primera vez desde que apareció en alguna sabana africana) acabar con nuestra especie sin que el resto del Cosmos tenga porque inmutarse…

Y cientos de cosas que no acuden ahora a mi limitada memoria.

No podemos tener ídolos intocables, debemos de rebatir hasta el último argumento, quizás dentro de cien años nuestra física, cosmología o medicina esté tan anticuada como lo es para nosotros la del siglo XIX (quizás no, seguro). Pero yo no puedo negar que la figura de Carl Sagan no supone nada para mí, no puedo hacerlo mirando en estos mismos momentos todos sus libros y vídeos que descansan en una estantería, son parte de mi pasado, y no me arrepiento de que lo sean.

Nueva edición de «The Sagan Series», nuevo montaje de «Un punto azul pálido»

Esta misma tarde ha empezado la difusión por internet de una nueva edición de «The Sagan Series». Y no podría haber empezado mejor que con un nuevo «remake» del ya famoso y muy nombrado vídeo «Un punto azul pálido» de Carl Sagan.

Está en inglés (por ahora sin subtitulos), hay decenas de vídeos anteriores subtitulados al español por lo que la narración no es muy dificil de comprender.

Lo puse en el primer post del blog. Lo he puesto en varias ocasiones. Y lo seguiré colgando cada vez que pueda. Son 3 minutos y 46 segundos que nos pertenecen. Es uno de los legados que nuestra especie deja al resto del Universo. Es patrimonio de la humanidad.

Si tenéis hijos, explicarles que es lo que un astrónomo y divulgador del siglo XX quiso decir. Explicarles que un día un emisario de la Tierra giró sus ojos para buscarnos entre una densa oscuridad… y que nos encontró, apenas un pequeño pixel «en medio del vasto océano cósmico».

Quizás estén saturados de palabras como crisis, odio, frustración o ira. Todos lo estamos a estas alturas del siglo XXI. Pero quizás después de este vídeo, venga un libro, o un blog o lo que sea. Quizás sean pequeños fragmentos de «Cosmos» o unas líneas de Dawkins, o una frase cortada de Asimov… lo que sea…

Nuestra especie necesita gente capaz de marcar la diferencia, y la necesita ahora. En nuestra generación no parece que abunden mucho, al menos permitamos que en las sucesivas esto no vuelva a pasar.

Curiosity avanza. MAVEN será lanzada. No podéis parar lo imparable.

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Foto tomada por Curiosity ayer mismo

Hay cosas que escapan a los poderosos, se les escurren entre los dedos como fina arena imposible de atrapar, simplemente no pueden. Si echamos la vista atrás, la influencia y la tiranía de unos pocos siempre ha estado limitada en el tiempo, pueden cambiar los amos pero nunca perdurar, no lo suficiente.

Todos sabéis del cierre de los edificios federales en Estados Unidos, una falta en el acuerdo de los presupuestos ha mandado a casa a todos los empleados gubernamentales no imprescindibles para el congreso, por supuesto los primeros en desfilar han sido los hombres y mujeres dedicados a la ciencia y a la investigación, y entre ellos la mayoría de empleados civiles de la NASA. Sabemos perfectamente lo que es superfluo a esta sociedad y a sus gobernantes, lo sabemos desde hace tiempo, lo vemos todos los días, algunos ya lo sufrimos personalmente. La ciencia sobra y los que forman parte de ella también. Cada vez que esta frase se ha pronunciado en nuestra corta historia como civilización ha sido seguida por un periodo muy triste para nuestra raza. La historia, con el tiempo, se encarga de subrayarlos para vergüenza y escarnio de los que los protagonizan, y estamos en uno de ellos.

Pero siempre hay excepciones, siempre existe algo que escapa a los más férreos controles, algo siempre sobrevive. La dictadura con nombre de democracia en la que vivimos actualmente puede controlar muchos aspectos de nuestra existencia, la sinrazón que nos gobierna premia a las mentes vacías que siguen dictados sin preguntarse el porqué, y castiga a los que miran hacia arriba intentando conocer.

En medio de la paralización de una de las grandes potencias mundiales ( y digo una porque dejo de ser la única hace ya mucho tiempo) un lejano emisario de la humanidad (leáse raza humana) sigue recorriendo la distancia que le separa de su objetivo final, aquel para el cual fue diseñado, el Monte Aeolis. Le ha dado igual la imbecilidad del gobierno que la construyó, le ha importado poco la necedad de aquellos que aprobaron el presupuesto para su construcción. Dicen que es irracional pero tiene bastante más claro que sus dueños racionales cuáles son sus objetivos… y los va a cumplir.

Siento orgullo al escribir que el rover Curiosity ha seguido todos estos días de «apagón» investigando el terreno del cráter Gale y avanzando hacia las faldas del Monte Aeolis, donde espera un libro abierto en forma de estratos y sedimentos a partir del cual leeremos gran parte de la historia geológica del planeta Marte.

Además de esta gran noticia, la sonda MAVEN prevista para ser lanzada hacia el planeta rojo en Noviembre de este año, no ha sufrido ningún cambio en su hoja de ruta. Será lanzada en la ventana correspondiente al año 2013, con destino a la órbita de Marte para estudiar en profundidad su tenue atmósfera y desvelarnos el porque gran parte de ella se perdió en el espacio.

El resto de sondas de la NASA siguen con sus cometidos, el apagón de la inteligencia humana no ha podido con los emisores que tanto esfuerzo ha costado construir. Quizás pensaréis que no es para tanto un simple cese de actividades en un solo gobierno y por solo unos cuántos días… en España llevamos años así. Los recortes en sanidad, educación e investigación son continuos y no cesan. Nuestras infraestructuras se han desangrado totalmente y no tiene pinta de que nadie vaya a socorrerlas, al menos en unos años.

Nuestros hijos nos van a preguntar en que mierda estábamos pensando cuando permitimos que la corrupción y el mangoneo les privó de un futuro que por derecho era suyo. Les pertenecía y no hicimos nada por preservarlo.La historia no nos va a dejar en muy buen lugar ya os lo adelanto.

Aquí seguiremos hablando de cada metro explorado en Marte, de cada lago encontrado en Titán, de cada fractura en el hielo de Europa, de cada exoplaneta descubierto a miles de años luz, de cada avance en astrobiología y cosmología. Si algo de esto queda en un futuro al menos verán que algunos éramos curiosos, nos preguntábamos acerca del Universo del que procedemos y que no solo nos preocupaba el pisar la cabeza de nuestro vecino. Verán que éramos científicos y que los que intentaban silenciarnos eran pocos y cobardes.

Aquí la ciencia sigue…

– Ya puedes votar a milesdemillones en los bitacoras 2013 en la sección de ciencia pinchando aquí http://t.co/jkKh6mvLKw

Segundo aniversario de milesdemillones

Dos años ya desde que salió el primer post del blog, 24 meses intentando seguir la actualidad de la exploración espacial, la astronomía y la astrobiología con mayor o menor acierto.

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Autorretrato del Curiosity

En este año nos hemos maravillado con las andanzas del Curiosity por las rocosas tierras marcianas, hemos conocido que Marte tuvo capacidad de albergar vida no hace mucho tiempo, hemos aprendido más sobre los elementos que componen sus minerales y su atmósfera. Nos hemos parado a contemplar las hermosas panorámicas del cráter Gale y del monte Aeolis. Un mundo nuevo por explorar con señales muy evidentes de haber sido muy distinto en un pasado.

Hemos seguido,con asombro, los descubrimientos del telescopio espacial Kepler, cientos de exoplanetas cazados, de todos los tamaños imaginables y algunos incluso potencialmente habitables. Grandes monstruos varias veces del tamaño de Júpiter orbitando sus estrellas a unas distancias ridículamente pequeñas, mundos el doble de grandes que nuestra Tierra en zonas donde la vida quizás ha tenido una oportunidad para prosperar. Rastros de metano y agua en atmósferas de mundos situados a decenas de años luz. Cosas inimaginables a principios de este siglo cuando nuestra ciencia pensaba que era imposible rastrear algo tan lejano con tanta precisión.

Lago de Titán

Lago de Titán

Nos hemos parado a contemplar las llanuras y lagos de Titán, un mundo rebosante de compuestos orgánicos como el metano y el etano, la mayor luna de Saturno que espera a que nos decidamos a explorarla con el interés y la seriedad que merece. Al igual que otra luna en Júpiter, Europa, un enorme oceáno de agua bajo una corteza de hielo que tiene fascinada a toda la comunidad científica, un objetivo que el ser humano está obligado a investigar a fondo, el probable santo grial de la astrobiología sin ningún plan serio de exploración a la vista. Una indignación que crece con cada nuevo dato que conocemos. Un viaje de exploración que en otras épocas de nuestra historia hubiese sido prioritario, y que ahora aparcamos en un rincón castigando a nuestro instinto de conocimiento de forma cruel…

Otros temas como los nuevos avances en cosmología han ocupado varías líneas de este blog, las imágenes más precisas de la radiación de fondo nos han mostrado a nuestro universo poco después de su nacimiento. Eventos puntuales como el seguimiento al cometa Ison o la aparición de supernovas en nuestro firmamento también han sido portada. Pero, echando la vista atrás, he de reconocer que a este blog le apasiona la vida y la pequeña búsqueda que nuestra especie ha empezado a realizar más allá de las fronteras de nuestro planeta.

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Lo hemos repetido hasta la saciedad, nuestros átomos y moléculas provienen de enormes explosiones estelares ocurridas hace miles de millones de años, el proceso que esas pequeñas partículas de polvo cósmico han tenido que seguir para formar vida es de una belleza y complejidad de la que apenas empezamos a comprender, no sin enormes lagunas. Millones de células dividiéndose y especializándose según unos patrones muy concretos almacenados en millones de copias de ADN, leyendo y ejecutando órdenes precisas para desarrollar la forma más evolucionada que conocemos de vida… nosotros.

Es increíble observar como la vida se abre paso en nuestro planeta, entender y estudiar cada dificultad o cada reto que ha tenido que superar desde que apareció hasta nuestros días es una de las prioridades de nuestra especie. Pero nos faltan datos, nos faltan registros y nos faltan respuestas a preguntas cruciales. No sabemos, aún, si el desarrollo de la vida es excepcional de una pequeña roca que gira alrededor de una estrella situada en un vecindario de las afueras de una enorme estructura como es nuestra Vía Láctea, o sin embargo, la aparición de seres vivos es un paso más de la evolución cosmológica, tan común como puede ser la existencia de planetas, astros y galaxias… un simple paso más.

Tampoco sabemos si de ser común la existencia de vida, ésta se limita a pequeños microorganismos que apenas sobreviven unos pocos miles de años en inhóspitos ambientes o, por el contrario, la evolución siempre encuentra un camino para sobrevivir y crecer en complejidad.

Todas estas respuestas son imprescindibles para entender nuestra propia existencia. Quizás no tengan muchas respuestas en el tercer año de este humilde blog, o quizás aparezca alguna por pequeña que sea.

Gracias a todos por la gran acogida en este segundo año del blog. El gran momento por el que pasa la exploración espacial y la astronomía han favorecido mucho a que se hayan disparado las visitas, y en este tercer año las perspectivas son mucho mejores.

Crucemos los dedos, la vida sigue abriéndose paso…

Lo que nos cuenta nuestro planeta acerca de la vida en el Universo

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La astrobiología es la ciencia que estudia la vida en otros mundos, su rango de estudio es amplio y fascinante. Organismos capaces de sobrevivir a altísimas dosis de radiación, formas de vida que no utilicen el carbono como base estructural, seres vivos utilizando longitudes de onda cercanas al infrarrojo para fabricar sus propios nutrientes… Todo un amplio abanico de posibilidades que podamos imaginar y un más amplio cajón con miles de esos abanicos de posibilidades que ni siquiera podemos llegar a sospechar.

Todo esto solo tiene un pequeño problema, aún no hay nada que estudiar. El único ejemplo que tenemos de vida reside en nuestro planeta de origen, cualquier intento de ir un poco más allá son proyecciones de lo que ya conocemos. Intentamos construir modelos de seres vivos adaptando los ejemplos ya existentes a nuevas condiciones medio ambientales con mayor o menor presión atmosférica, diferentes componentes químicos usados tanto para la estructura de esos seres vivos como para la obtención de nutrientes, diferentes fuentes de energía como las que pueden proveer, por ejemplo, una cercana enana roja con una luminosidad hasta el 60% menor que nuestro sol (el tipo estelar con exoplanetas más frecuente de nuestra galaxia) y miles de variables más.

Mientras se acerca el esperado momento de tener una segunda opinión sobre la forma en que el cosmos interpreta la vida, hay muchas conclusiones que pueden sacarse de la que ya conocemos. Esas conclusiones puede que sean extensibles a otras localizaciones o puede que no.

En concreto Adam Frank, profesor de física y astronomía en la Universidad de Rochester, reflexiona acerca de un aspecto que si que puede ser extendible a otros planetas. Habla sobre la posibilidad de cuantificar las probabilidades de que un organismo desarrolle algún tipo de inteligencia.

Dejando a un lado si otras formas de vida están basadas en el carbono, si tienen una secuencia de nucleótidos como nuestro ADN o si respiran oxígeno, lo cierto es que cada planeta solo tiene una estrecha franja en el tiempo cosmológico en el que es habitable, sus soles incrementan su temperatura de una manera más rápida o más lenta, ninguna estrella mantiene su zona de habitabilidad por siempre, las estrellas nacen y mueren.

La tierra no escapa a este axioma, las estimaciones actuales nos hablan de unos 1000 millones de años antes de que el planeta se vuelva demasiado caliente como para soportar vida, la vida empezó hace unos 4000 millones de años, la conclusión es clara, estamos «al final» de nuestro periodo habitable (que no cunda el pánico que en 1000 millones da tiempo a hacer muchas cosas).

«Estos datos sirven para hacer ciertos cálculos acerca de que la vida adquiera inteligencia. La Tierra tiene unos 4500 millones de años, las formas más primitivas de vida no surgieron hasta hace unos 3700 millones de años, estos números nos indican que, al menos en el caso de la Tierra, no fue muy complicado el hecho de que apareciera la vida, lo que realmente costó fue la aparición de la inteligencia humana» cita el blog de Adam Frank.

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Y hasta aquí cito. Estoy de acuerdo con que cada mundo puede tener su ventana de tiempo para «intentar» formar vida, es lógico pensar que cada planeta depende totalmente de su estrella para poder reunir las condiciones necesarias para la habitabilidad. Pero creo que es un error extrapolar las fechas en las que surgió la vida en la Tierra y en las que empezó a atisbarse cierta inteligencia (yo aún no veo mucha) a otros mundos para deducir que la vida es un proceso que puede ser común en el cosmos pero no así seres vivos más complejos capaces de ser conscientes de sí mismos y de desarrollar ciertas habilidades cognitivas.

Volvemos a un error de tipo antropocéntrico, solo que un poco más evolucionado del que cometíamos en la Edad Media. Ya no podemos pensar que la Tierra es el centro del universo (hay millones de mediciones, imágenes y datos que no permiten ni empezar a discutirlo), pero si podemos aplicar ese «egoísmo antropocéntrico» que tanto nos gusta a otras conclusiones. La diferencia de tiempo entre la formación del planeta Tierra y la aparición de la vida en el planeta Tierra es un hecho que concierne solo y exclusivamente a las condiciones que se dieron en el planeta Tierra, son millones los factores que se vieron implicados y no creo que puedan generalizarse para otros sistemas.

Lo que aquí costó 800 millones de años en otro planeta pudo solo generarse en 400, o quizás 2000 millones de años, o quizás nunca. Los pasos necesarios para que yo esté escribiendo este post quizás en otro lugar costaron mucho más o quizás nunca llegaron.

La conclusión a la que llegan en el escrito es que «las formas simples de vidas son comunes; la vida inteligente es escasa», mi humilde e inexperta opinión es que acabamos de empezar con una rama de la ciencia extraordinariamente apasionante como es la astrobiología, quizás la conclusión sea cierta, sería lógico pensarlo, en nuestro sistema solar por ahora solo conocemos un tipo de vida (tampoco nos hemos molestado en buscar más de forma seria), pero si algo hemos aprendido en nuestra corta evolución como especie es que cada vez que soltamos una verdad incontestable, a los pocos siglos nos la tenemos que tragar, de ser el centro del universo a tener centenares de exoplanetas orbitando a lo largo y ancho de toda la Vía Láctea hay un largo camino de humillaciones.

No cometamos el mismo error ahora. El tiempo en encontrar vida fuera de nuestro planeta será mucho más largo si partimos con prejuicios. Veo muy difícil encontrar una colonia de E.Coli en una piedra de Titán o un hongo adherido a una placa de hielo en Europa. Si vamos con un instrumento capaz de encontrar ADN quizás lleguemos a la conclusión de que no existe vida mas que en nuestro pequeña bola azul,… o quizás no.

Nuestro planeta cuenta solo una historia dentro de la enorme enciclopedia de la vida en el universo. Habrá historias parecidas a la nuestra y otras totalmente diferentes.

Sea de una manera o de otra se avecinan tiempos muy interesantes.

La búsqueda de seres vivos fuera de nuestro planeta con una sola definición de vida.

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La explosión «cámbrica» de descubrimientos acerca de nuevos planetas más allá de los confines de nuestro sistema solar nos lleva, irremediablemente, a poner sobre la mesa, de nuevo, la eterna pregunta sobre si existe o no vida fuera de la Tierra.

No es culpa nuestra, no es sensacionalismo, estamos viendo que nuestra galaxia a la mínima oportunidad que tiene crea un sistema planetario alrededor de cualquier tipo de estrella, en cualquier tipo de condiciones y, por lo que estamos comprobando, con la mayor celeridad posible.

Le da igual que sea una pequeña y poco brillante enana roja, como si se trata de un sistema triple o un cúmulo estelar, el tiempo y la evolución se encargarán de ajustar órbitas, masas y tamaños… el hecho es que donde miremos, si sabemos mirar adecuadamente, es fácil que encontremos un mundo girando alrededor de un astro (incluso los hemos encontrado vagando solos por el cosmos).

Nuestra referencia sobre lo que significa el concepto de vida está totalmente influenciado por el único ejemplo que conocemos, el nuestro. Una vida que ha evolucionado en un planeta tipo terrestre, cubierto en su mayor parte por masas de agua salina, protegido por una atmósfera con una proporción de gases muy determinada, orbitando a una enana amarilla. La vida que conocemos está profundamente ligada a la química del planeta en la que ha surgido, como debe ser.

Miramos a nuestro alrededor y solo vemos distintos moldes sacados de un mismo patrón, la teoría de un ancestro común a toda la vida terrestre actual, LUCA, nos impide que encontremos ningún otro concepto de vida. Los blogs y páginas de ciencia de todo el mundo reventarían si encontrásemos un organismo en nuestro planeta con 8 o 9 nucleótidos diferentes, si un biólogo mostrase un animal que se basara en la química del silicio o a una bacteria con una pared celular basada en el hierro. No habría servidores en internet capaces de aguantar los ríos de caracteres que se iban a verter. Y lo sabéis.

El problema viene cuando lo que pretendemos es buscar vida fuera de nuestro planeta, ¿qué es lo que exactamente buscamos?. Solo tenemos una definición de vida centrada en una única experiencia, no sabemos nada acerca de como puede haber evolucionado la vida en un entorno totalmente diferente al nuestro, no sabemos las respuestas que puede haber dado la evolución a los millones de problemas que se le pueden haber puesto en su camino, no sabemos nada, no tenemos una definición de vida real.

Habitable_Zone

A la hora de seleccionar que exoplanetas pueden ser más favorables para poder ser candidatos a soportar organismos vivos, nos guiamos por el concepto de «zona habitable», aquella región alrededor de una estrella donde el planeta puede, potencialmente, tener agua líquida en su superficie. También nos emocionamos si además encontramos un planeta con tamaño similar al terrestre dándose una vuelta por esa zona habitable, y pegaremos saltos de alegría cuando a ese planeta de tamaño parecido a la tierra que está a una distancia de su sol adecuada para la existencia de agua líquida en superficie le encontremos una pequeña luna o una atmósfera con trazas de sustancias orgánicas. Y nada más.

No sabemos lo que buscamos, ni hacia donde tenemos que mirar. Nuestra tecnología avanza más rápido que nuestras teorías acerca de lo que podemos encontrar fuera de la Tierra. Pronto tendremos al telescopio espacial James Webb enviando datos asombrosos sobre planetas extrasolares, otros telescopios terrestres se están construyendo con los mismos fines para la tercera década de nuestro siglo. Tenemos que tener muy claro que ni orbitamos alrededor de la estrella más común de nuestra galaxia, ni nuestro planeta es del tipo más frecuente. Ni siquiera nuestro sistema solar parece ser muy común por ahí fuera. Debemos tener claro lo únicos que somos y que con casi toda seguridad lo que encontremos fuera de nuestra atmósfera no tenga nada que ver a lo que estamos acostumbrados. La definición de vida tendrá que ser reescrita una y otra vez. Cada planeta con diferente química, diferente distancia a su sol, radiación recibida, grosor y presión atmosférica, tiempo de formación, impactos recibidos por otros cuerpos,… nos dará una nueva definición de lo que la vida es. Y estaremos encantados de haberla descifrado.

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De exoplanetas y otras divagaciones

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Justo cuando la astronomía y la exploración espacial están recibiendo menos fondos para su desarrollo, estamos viviendo los días más gloriosos en cuanto a descubrimientos se refiere.

Dos planetas dentro de un mismo exosistema solar, de tamaños un poco mayores que nuestro mundo, orbitando a la distancia justa de su sol para que la vida pueda abrirse paso… es asombroso.

Sólo podemos imaginar, por ahora, que tipo de mundos son, sabemos su diámetro y sabemos su órbita, y nada más. Si la humanidad no se gasta sus recursos en su propia destrucción, nuevas misiones están diseñadas para averiguar más, para indagar sobre la vida en el Universo.

Investigar su atmósfera, si posee materiales orgánicos, incluso si poseen lunas, dirigir nuestros radiotelescopios para intentar escuchar alguna señal relacionada con la vida… es increíble el abanico de posibilidades que se abre ante nosotros.

Imaginad esos dos mundos, tan cerca uno del otro, imaginadlos realmente habitados (que no es lo mismo que habitables). Que estímulo más poderoso para cualquier civilización para iniciar la exploración espacial, para extender sus fronteras más allá de su planeta natal.

La gente del Kepler presenta un escenario de mundos enteramente cubiertos por océanos, con grandes núcleos rocosos y una gravedad mayor que la terrestre. De surgir la vida somos incapaces de imaginar lo que la evolución habrá moldeado en ese tipo de planetas.

Para nosotros significa que el universo está repleto de pequeños mundos rocosos navegando justo por la zona habitable de sus estrellas. Pueden ser cientos de miles de millones. Pensar que en ninguno de ellos ha podido surgir un simple organismo al que podamos calificar como vivo es casi absurdo. Posible pero absurdo.

Pensemos en las millones de combinaciones que pueden darse en cada uno de esos planetas, son tantas como el equivalente a su número. Impactos de asteroides, atmósferas demasiado finas o demasiado gruesas, ausencia de química orgánica, de nutrientes, extinciones masivas… podemos imaginar miles de excusas para que la vida no surja, o no evolucione. Pero pensar que ninguna de esas combinaciones ha podido dar como resultado algo parecido a lo que pasó en la Tierra es absurdo. No tendría lógica alguna, y aún así el método científico nos obliga a tenerlo en cuenta.

La vida busca a la vida. No podemos dejar esto a medio. Está en nuestra naturaleza el explorar y el conocer. No podemos quedarnos tranquilos sabiendo que sólo en una mínima porción de nuestra galaxia un telescopio ha encontrado más de 2000 planetas.

Vivimos en una era dorada en cuanto a descubrimientos astronómicos. Dentro de nuestro propio sistema solar apenas hemos dado unos pocos pasos. Europa, Titán y Encelado nos aguardan con ansia de mostrar sus enigmas a quien esté dispuesto de explorarlos.

No dejemos que esto se pare, no ahora.

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